[0.10 | confesiones de media noche ]

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-¿Shun, seguro que no quieres que nos vayamos?- Shiori acercó cautelosamente su rostro al del menor para poder ver a través de la oscuridad de la sala como la piel del contrario estaba mucho más pálida que minutos atrás

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-¿Shun, seguro que no quieres que nos vayamos?- Shiori acercó cautelosamente su rostro al del menor para poder ver a través de la oscuridad de la sala como la piel del contrario estaba mucho más pálida que minutos atrás.

Las manos de Kaido temblaban levemente por la escenas de la pantalla frente a él.

¿En qué momento pensó que invitar a Shiori a ver una película de terror era una buena idea? Lo peor es que todo había sido su culpa, ya que pensó que invitarla a una película romántica era muy obvio y por lo menos en esta podía jugar un papel de valiente. Pero claro, se le olvido el gran detalle de que él no era de las personas que podían aguantar esas clases de contenido. Menos si había escenas violentas de por medio.

Al ver que el de cabellos celestes no hacía nada más que cerrar los ojos con fuerza cada vez que escuchaba un ruido fuerte, Shiori tomó su mano, haciendo que toda la atención de Kaido se fuera a ese cálido rose entre sus dedos y sus ojos se encontraran nuevamente entre toda esa oscuridad.

-¿Salgamos de aquí?, no quiero seguir viendo esta película- susurró cerca de él, haciendo que la piel del contrario se herizara y sus mejillas tomaran un tono levemente rosado no visible gracias a la poca y nada luz de la gran sala. Kaido asintió de acuerdo y los dos se escabulleron con sus cosas a la salida del salón, esperando no haber molestado a nadie quien estaba concentrado en la película.

Cuando salieron de la sala de cine los dos se miraron sonrientes y se dirigieron sin decir mucho a la salida del lugar, pero sus pasos no duraron mucho, ya que el fuerte sonido de la lluvia y las gruesas gotas de esta se hicieron notar, frenando sus pasos en seco justo donde terminaba lo techado.

-Oh, está lloviendo...

-Si...

-Shun, ¿trajiste paraguas?

-No, ¿Y tú, Mikura-chan?

-Tampoco...¿Quieres correr a casa?

Kaido juntó sus cejas y la miró indeciso.

-Pero nos vamos a mojar...

-Nos vamos a mojar de todas formas, Shun.

Los orbes inusualmente rosados de la contraria le miraban expectante a su respuesta, esperando atentamente una positiva de su parte. Y su corazón latió fuertemente contra su pecho cuando al asentir, Shiori no espero mucho para tomar su mano y partir un rumbo rápido por los lugares que estaban techados hasta sus casas.

Con su respiración agitada y cerrando los ojos de vez en cuando ya que las gotas de lluvia no solo terminaban empapando su ropa, sino que también llegaban a sus ojos haciéndolo frotar su mano libre contra ellos; los dos se detuvieron en frente de sus casas sintiendo las lluvia en sus cabezas y espaldas.

-¿E-estás b-bien?- la pelinegra miró a su lado, tratando de hablar entre sus largas y pesadas respiraciones. Kaido posó sus manos en sus rodillas, tomando aire con desenfreno. Shiori se acercó a él, posando una mano en su espalda en signo de apoyo.

-Y-ya estoy bien- después de unos minutos logró recomponerse, enderezando su espalda y cayendo otra vez en que seguían bajo la lluvia. -Mikura-chan, nos vamos a enfermar si no entramos...

-Oh, verdad- su mirada se dirigió al oscuro cielo, que ya dejaba caer las últimas gotas y empezaba a correr un aire más frío que el anterior haciéndolos abrazarse a sí mismos con sus ropas mojadas. -Vamos a mi casa, nos llevaremos un reto más suave que en la tuya. Cuando te seques vuelves.

Kaido asintió de acuerdo, siguiendo los pasos de la mayor a la entrada de su casa, y, con el mayor silencio que podían hacer con sus pies mojados y ropas goteando, cada uno se dirigió a un baño de la casa para poder bañarse. Por suerte había más de uno, así que no tenían problema con ello.

Una vez que los dos pudieron calentar sus fríos cuerpos, se encontraron en la pieza de la pelinegra.

-Se te ve bien ese pijama- bromeó Shiori con una pequeña sonrisa.

-¡M-mikura-chan!- medio susurro Kaido, avergonzado de tener que ocupar uno de los conjuntos de la chica para poder dejar que su ropa se secara antes de ir a casa.

La contraria rió viendo su rostro sonrojado.

Los dos esperaron no más de media hora para que su ropa se secara en la secadora de la casa. Aprovecharon de secar sus cabellos, hacerse un chocolate caliente y ver un programa en la televisión en la sala principal, envueltos en una gran frazada de polar para no pasar frío.

-Shun, ¿estás seguro de que no quieres que te acompañe hasta asegurarme de que tu mamá no te rete? va a ser medianoche en solo unos minutos...

-Esta bien si solo me acompañas hasta la entrada, Mikura-chan- la ojirosa vió como su sonrisa solo reflejaba que esperaba ese gran reto de su madre. ¿Y cómo no? hace horas le dijo que iban a llegar, pero los dos se quedaron pegados con una serie en la televisión y se les pasó completamente la noción del tiempo.

-Bueno...- accedió no muy convencida, después de cada uno ponerse un gran abrigo que los cubría hasta sus narices, el gran viento frío de la medianoche los recibió sin previo aviso, haciéndolos tener un escalofrío.

-¿Nos vemos mañana...?- preguntó Shiori, sin querer separarse del de cabellos celeste, quien la miraba con unos ojos brillosos y alegres después de escuchar sus palabras.

-Si...

-Está bien- sonrió, siendo consciente de que por culpa de ese gran abrigo no podía ver bien sus expresiones. -Oh, espera, Shun...

"No quiero que te vayas".

-¿Si, mikura-chan?

"¿Será el momento adecuado?"

-Tú...me gustas mucho, Shun. Y no es como amigos.










 Y no es como amigos

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aaaaaA

ya estamos casi casi en el final bebés, este es el penúltimo capítulo 😭 gracias por su apoyo y amor de siempre! nos leemos muy muy pronto para el final!!❤️

A un paso de tí ✧ Kaido Shun © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora