𝘊𝘶𝘢𝘵𝘳𝘰

9.4K 956 1K
                                    

Ese lugar del que Jisung tanto le habló empezó a parecer muy bueno para ser real, escuchó todas las cualidades que el chico le encontraba y lo mucho que le ha beneficiado, le platicó sobre los amigos que hizo y cómo pudo encontrarse a sí mismo. Tal vez no sea tan difícil de creer para cualquier persona, pero considerando cómo ha vivido su vida entera, era comprensible lo fantasioso que sonaba para Minho y lo único que podía hacer era confirmarlo por su propia cuenta. Terminó de abrigarse con un gorro y una bufanda y salió de su habitación listo para hacerlo.

Pasó un terrible momento cuando practicaba pedir permiso a sus padres para poder ir y cuando lo hizo realmente, pero para su sorpresa ellos aceptaron gustosos. Consideró la posibilidad de que sólo lo hubieran hecho para hacerse más cercanos a la familia Han, pero a Minho no le importaba mucho mientras no le afectara a él y sus deseos. Al final de cuentas, Jisung portaba ese apellido, y si resultaba ser verdad ese mundo lleno de tantas buenas experiencias que tanto le presumió en su conversación, algún beneficio debía tener él también, no sólo sus padres.

Llegó a la recepción y no tardó en distinguirlo a lo lejos, sentado en un sillón individual, perdido en lo que veía en su celular mientras a su lado, unos jóvenes que apenas se notaban menores que ellos hacían un escándalo por algo que habían visto en una revista. Era extraño verlo con esa ropa casual que dejaba ver su marcada clavícula, tan diferente a lo que usaba las otras dos veces que coincidieron, y Minho no pudo evitar pensar en lo diferente que se veía a simple vista, irradiaba una personalidad más libre aunque calmada al mismo tiempo.

—Hey, hola, ¿ya estás listo? —Jisung se acercó antes de que el otro pudiera darse cuenta. Esa sonrisa que difícilmente se ve en alguien más irradiaba de una manera que hace pensar si es de verdad.

—Sí, estoy listo —respondió.

—Vamos entonces —se posicionó a un lado del recién llegado y le dio un suave empujón con su hombro—. ¿Te molesta si caminamos?

—No, está bien.

Ninguno se molestó en empezar una conversación durante el camino, no cuando el silencio fue tan agradable y pacífico desde el inicio. No consideraban tener mucho por decir, sin embargo, fue molesto para ambos cuando el sonido de un celular irrumpió cruelmente. Jisung se disculpó en un susurro casi inaudible y contestó la llamada.

—¿Hola? —Minho escuchó a Jisung decir a su lado—. Hola, cariño.

Desde que Minho era pequeño lo educaron para no entrometerse en conversaciones y asuntos en los que él no tiene nada que ver, simplemente por pura etiqueta y, en realidad, él mismo lo vio siempre como algo grosero, por eso, no pudo evitar regañarse a sí mismo por prestar más atención de la necesaria a la llamada del otro por el simple hecho de haber escuchado un "Cariño". Giró su cabeza para tratar de poner su atención en otra cosa, pero falló un poco cuando no pareció ayudar.

—Sí, ya vamos en camino, vamos a llegar en unos, ¿diez minutos, creo? —dijo Jisung—. No, estoy bien, no te preocupes.

De repente, las risas suaves que soltó el otro joven sonaron muy diferentes a la que Minho había escuchado antes de su parte. O tal vez era su loca imaginación.

—También te amo. Adiós.

Una vez más, Minho se repitió que debía meterse en sus propios asuntos, que no podía preguntar, además, no era como si hubiera mucho qué pensar. Jisung tenía una pareja, ¿qué otra posible respuesta había?

—Lo siento, mi novio quería saber si ya íbamos —Jisung explicó, tímido—. Es un poco... protector.

Y lo primero en lo que Minho pudo pensar fue en lo afortunado que consideraba a Jisung por antes haber pasado por lo mismo que él y aún así poder tener una pareja, mejor aún, con alguien que parecía hacerlo feliz. Tal vez eso no pasaría para él nunca, pero tampoco le apetece dejar de soñar con eso.

𝚆𝚑𝚊𝚝 𝙸 𝚠𝚒𝚜𝚑 | MINSUNG |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora