Capítulo 8

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-¿La realidad fue como lo habías imaginado?-preguntó totalmente excitado

Serena sacudió la cabeza, y una sonrisa coqueta pareció en sus labios hinchados

-Fue mucho mejor- afirmó Serena 

Él arqueó la ceja, quería más detalles, ella lo conocía muy bien para no reconocer ese gesto

-Sos real, se lo maravilloso que sos, dedicado y honesto, más el hecho que parecía que me querías , lo hizo perfecto- aclaró Serena 

-¿Pero?- preguntó sabiendo que había un pero es esa explicación

-Bueno vos sos… ehh… grande- dijo sonrojándose 

La había follado como un salvaje contra la pared, Darién hizo una mueca mientras agarraba su muñeca y mantenía quieta la mano, tenían que hablar, y si ella lo acariciaba, no iban a poder tener una conversación coherente.

-¿Te hice daño?- preguntó preocupado, por que sí lo había hecho, se iba a patear el culo él mismo.

-Un poco, es que hace un tiempo que nada de nada, pero estoy bien- dijo Serena tratando de evadir el tema

-¿Cuanto es “un tiempo”?- él tenía una leve sospecha y sí estaba en lo cierto se pateaba las bolas en ese momento

-No se exactamente, eh…- Serena no quería hablar de eso

Darién sabía que estaba mintiendo, Serena siempre sabía todo, era más que obvio que ella no quería decírselo, pero él tenía que llegar al fondo de la cuestión.

-¿Más de seis meses?- preguntó Darién

-Sí- contestó tímida

-¿Más de un año?- volvió a preguntar

-Sí- dijo tras una pausa suspirando

El pelinegro se sentó y la envolvió  con los brazos alrededor de la cintura acercandola más.

-¿Cuanto más de un año?- no la iba a dejar tranquila hasta saber lo que quería

Serena lo miró alarmada con esos bonitos ojos celestes, para después bajar la mirada.

-Serena… - le advirtió

-Un par de meses antes de que me uniera al equipo- dijo mordiéndose el labio

-¡Más de tres años!- exclamó sorprendido

Serena retrocedió, pero él la agarro acercandola, le acariciaba la espalda a un ritmo suave, ¡maldita sea! no tuvo la intención de asustarla, ¿pero tres años?.

-Nena, lo siento si te lastime… la próxima vez sere más amable- 

¿La próxima vez? ¿habría una próxima vez?, todavía no habían hablado sobre la renuncia de la rubia, por el momento, y si ella volvía a trabajar ¿estaría él pensando todo el tiempo en la próxima que la follaria?.

Demasiado tarde, ya lo estaba pensando.

Normalmente él no creía en mezclar los negocios con el placer, esa fue la razón principal por la que había apartado la atracción por Serena apenas los habían presentado, pero ahora...estaba seguro que era demasiado tarde para volver atrás.

Siempre la había admirado, pero lo que sentía por Serena después de lo que pasaron, no tenía nada que ver con que le gustara la forma que mantenía ordenado el archivo o como llevaba la agenda de reuniones.

-Se que lo vas a ser…¿tenes ganas de probarlo?-susurró Serena dándole una sonrisa picara

Su polla se sacudió, y deseo tanto empujar directo entre sus bonitas piernas y meterse profundamente dentro de ella otra vez, pero tenía dos problemas.

-No tengo otro preservativo- 

La sonrisa de Serena se agrandó, se dio la vuelta y metió la mano en el cajón de la mesita de noche, arrojando algo en el regazo de Darién, era una caja sin abrir de preservativos texturizados.

-Yo… yo los compre cuándo te invite a cenar para tu cunpleaños, sólo en el caso de que encontrara valor para proponertelo y vos aceptaras- confesó Serena 

En lugar de eso, tuvo que salir de la ciudad en un viaje de negocios en el último minuto y cancelo la cena, estaba anonadado, y a la vez halagado de que ella hubiera tenido en mente seducirlo.

-¿El siguiente problema?- preguntó ella sonriente

El hoyuelo que se le hizo, la hacía ver adorablemente sexy, algo en ella le daba ganas de levantarla, hacerle cosquillas hasta que gritara y riera, y luego follarla hasta perder el sentido.

-Vas a estar dolorida nena… incluso si soy amable- decía negando con la cabeza

Serena agarro la caja y la arrojo lejos

-Está bien, si no estás interesado, lo entiendo-

Darién frunció el ceño, Seren había sacado sus propias conclusiones, y después de tres años de su última vez, lo entendía, pero cuando ella se levantó y busco su bata, fue suficiente.

La idea de que cubriera su pálida y gloriosa piel, sin poder seguir sintiendo su desnudez, no era aceptable, iban a tener que arreglar algunas  cosas en ese preciso momento.


Amor Perverso🔥🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora