Capítulo 9

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Antes de que Serena pudiera atarse el cinturón de la bata, Darién se la agarro y la quitó para dejarla desnuda de nuevo, ella abrió la boca , y se giró para mirarlo.

-¿Quién dijo que no me interesaba? ¿me veo como si no lo estuviera? -preguntó Darién mirandola de frente

Serena pasó la mirada entre la cara y la polla del pelinegro

-Veo que sos capaz de tener una erección, pero eso no significa que estés realmente interesado en mí- lo enfrentó Serena 

-Nena, no hay nadie más en la habitación, realmente no quiero hacerte daño- dijo tirándola de espalda sobre la cama

Darién sintió lo tensa que estaba Serena, pero con un beso y una mano masajeando uno de sus pechos lo arreglaron.

-Sí esa era tu última excusa ¿por que no dejas que sea yo la que decida que no puedo más?- desafío Serena 

-Está bien, prometeme que si te sentís adolorida me lo vas a decir, perdóname si tomaste mi duda cómo un rechazo. Estoy acostumbrado a verte siempre profesional, no tan sexy que me haces volar la mente, dame un poco de tiempo para adaptarme- le aclaró Darién 

Darién se dio cuenta que se adaptaría, así como también supo que la idea de volver estrictamente a la relación que tenían antes de jefe y asistente, no resultaría, ese pensamiento le dejó un mal sabor de boca, por que quería volver a lo que eran profesionalmente, así que iba a aprender como llevar su romance en la oficina

-Prometeme que solo vas a estar conmigo, si realmente lo deseas- exigió Serena con lágrimas en los ojos

Darién nunca había visto a Serena vulnerable, eso hacía que salieran sus instintos de protección, ¡Dios!, había estado ciego durante los últimos tres años.

No podía cambiar el pasado, todo lo que podía hacer es mostrarle lo mucho que la quería, la rapidez con la que se estaba convirtiendo en lo más importante para él.

-Quiero estar acá nena, no dudes de eso -

Se inclinó y la besó, al sentir su boca gimió, de alguna manera ella sabía más dulce, ¿como era posible?, sí antes ya era adictiva, ahora la deseaba todo el tiempo.

-¿Puedo… puedo hacer algo que muero por hacerlo?- preguntó Serena mordiéndose el labio inferior

-Soy todo tuyo-contestó quedando de espalda a la cama y abriendo los brazos

Serena se puso encima de él, su largo cabello dorado caía sobre sus hombros rozando sus pechos y pezones, ¡Joder eso era caliente!, pero ver a ella así, no sólo hizo saltar su pene, la expresión tentadora y curiosa a la vez que tenía, lo golpeó en el centro de su pecho.

Un momento después Serena puso las manos sobre los hombros de él, bajó una de las manos hasta su pecho, dónde con las uñas raspo lo pezones, haciéndolo gemir.

Él era sensible ahí, siempre lo fue, pero el toque de ella le hacía sentir algo más, de pronto sintió la lengua caliente de Serena en su pezón, Darién pensó que podría salirse de su piel.

Serena mordió, chupo y tironeo el pezón con los dientes, él cerró los ojos, la excitación creció,su polla estaba más que dura deseando atención.

Darién había tenido nada más que sexo casual durante esos años, pero nada de lo que estaba teniendo con Serena se sentía casual en lo más mínimo, la necesidad de tomarla, poseerla rugía en su interior, estaba a segundos de convertirse en cavernícola, empujarla de espaldas y bombear toda la longitud de su polla hasta que ambos llegasen.

Pero Serena no le dio tiempo a reaccionar, agarro su erección con las manos, se inclinó y lo puso en su boca, ¡Oh Dios!, Darién  sentía que se moría, la humedad de la boca de la rubia, con seguridad lo iba a matar, pero la sonrisa que tenía nada se lo iba a borrar.

El pelinegro agarro los pelos dorados de Serena sin piedad, controlando el ritmo de la boca sobre su polla, la empujo más rápido, más profundo, escuchando los gemidos de ella, mientras el la follaba violentamente por la boca.

Serena gemía tratando de tomar más aflojando la garganta, sentir toda su polla dentro de la boca de ella, hizo que sintiera como si sus ojos se salieran de órbita.

-Tomame Serena… jodeme nena , se siente tan bien- gruñó Darién

La forma en la que ella gemía alrededor de su polla, como pasaba la lengua por lo largo hasta llegar a la cabeza, la forma que acariciaba sus bolas delicadamente, lo estaban llevando a romper su auto control.

Estaba seguro que sí la dejaba iba a llegar hasta el final, chuparia su polla hasta el orgasmo, lo tragaría y todo sin esperar nada a cambio.

Ella lo daba todo en lo laboral, con los años había visto su apoyo y ayuda a los demás, y rara vez su bondad era recíproca.

Por no ver sus sentimientos y necesidades, ya le había hecho daño en esos tres años, Darién se negó a hacerle daño otra vez, más ahora que se sentía insegura y frágil.

-Serena- 

Suavemente tiró de sus cabellos para levantar esa celestial boca de su polla, otro día, definitivamente iba a querer más… la idea de ella chupandosela en la oficina lo azotó de excitación a través de todo su cuerpo, sería poco profesional… pero sexy como el infierno.

-¿Que pasa?- le preguntó Serena

Verla con los labios hinchados y las mirada llena de pasión, fue todo lo que Darién pudo aguantar, lo dejó sin respiración.

-No nena, vení acá, tu boca se sentía muy bien, pero hoy quiero que sea todo para vos- dijo abriendo los brazos, atrayéndola hacía él, y acurrucando su cuerpo desnudo contra el suyo.

-¿Por que no puede ser para nosotros?- preguntó Serena

La pregunta parecía muy simple, pero esos lindos ojos color celestes que tenía, parecían inseguros, Dios ¿cómo podía eliminar sus dudas, y demostrarle que era en serio?.

Amor Perverso🔥🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora