Capítulo 7

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-Lo sé, hiciste muchas cosas buenas por los bomberos, tu padre estaría orgulloso de vos-  aseguró él, acariciándole el hombro a Serena

Intentaba estar tranquilo, pero en su interior sus pensamientos se aceleraron, ¿Serena había ocultado sus sentimientos por él, semanas? ¿meses? ¿años?, y todo por que creía que él había elegido a Setsuna antes que a ella.

Tal vez… Serena había estado en lo cierto, hasta hace unos días, antes no habría sido capaz de dejar ir a Setsuna, era como un fantasma inquietante para él, muchas veces se había cuestionado que era lo que hizo mal para que ella lo dejara.

Ver otra vez a Setsuna, le hizo entender que no había hecho nada malo, ella no fue capaz de amarlo, ni sentir devoción por él, habían estado equivocados.

Pero sí Serena hubiera hablado antes, la habría mirado de otra manera y dejado el pasado atrás, pero ahora eso no tenía importancia.

Lo que importaba ahora, era que Serena le abrió los ojos, de hecho no podía dejar de mirarla.

-Espero que no te sintieras rechazada antes… sí es así, no hice las cosas bien- dijo Darién viendo la reacción de ella

-Umm no, eso fue increíble- confesó Serena 

-¿Nos imaginaste antes, juntos?- preguntó de pronto el pelinegro

-Unas cuantas veces- confesó Serena totalmente ruborizada 

-Decime algunas de las cosas que imaginaste- pidió Darién 

-En un domingo lluvioso, me imaginé que nos acurrucamos juntos y que podíamos ver un partido de fútbol o una película. A veces cuando estoy cocinando sola, te imaginó en la cocina conmigo con un vaso de vino, tal vez cortando algunas verduras o cocinando la carne. También te pienso a mí lado en la cama abrazándome mientras me quedo dormida- dijo Serena encogiéndose de hombros 

Darién vio en el rostro de Serena algo de melancolía, las fantasías de ella no eran sólo sexuales.

¿Por que la idea de algo más intimo con Serena no lo hacía entrar en pánico?, estaba cerca de los 30, tal vez estaba teniendo ganas de tener algo formal, ¿O era por que estaba comodo con Serena, y le gustaba mucho?

Mientras ordenaba el enriedo que tenía en los pensamientos y emociones, sintió como Serena pasaba un dedo juguetonamente desde su nuez de adán,  pasando por su abdomen, hasta llegar a su polla, antes de que ella llegara a su destino, se había puesto duro otra vez.

El deseo se encendió como un fogonazo, cada célula de su cuerpo le exigía que se pusiera sobre ella, la penetrara y le haga el amor una vez más.

No ayudó a su auto control que ella envolviera su pequeña mano alrededor de su pene, acariciándolo lentamente, eso hizo que él gimiera 

-¿Estás tratando de deshacerme?- le preguntó excitado

Serena lo miró maliciosamente con los ojos celestes brillantes.

-¿Está funcionando?- preguntó Serena fingiendo inocencia 

Joder sí, pero no era capaz de decirlo cuando ella justo pasó el pulgar sobre la cabeza de su pene, así que sólo pudo asentir con la cabeza, ¿cómo podía excitarlo de nuevo tan pronto?

-A veces me acuesto en la cama y me tocó imaginando tus manos sobre mí piel, finjo que sos vos que pellizca mis pezones y frota mí clítoris- 

Darién se puso de espalda, con la cabeza sobre el colchón, oír a Serena decir eso, hizo que su presión sanguínea aumenta, en ese momento podía imaginarse apretando las puntas rosadas de los pechos de la rubia y jugando con su sensible clítoris, y ni decir que las suaves e insistente caricias que ella le estaba dando a su polla, era la peor clase de provocación.

-¿Te tocas hasta acabar, nena?- 

Imaginarla masturbandose pensando en él, lo excitó aún más

-Sí- suspiró Serena 

Giró la cabeza rápidamente para mirarla, estaba malditamente radiante por la satisfacción que ya le había dado, con la necesidad de más, no recordaba haberla visto tan bella, mejor dicho no recordaba haber estado cerca de una mujer tan hermosa. 

Una vez más se preguntó como se le había pasado por alto durante tres años, ¿estaba jodidamente ciego?, por supuesto Setsuna había salido de sus pensamientos, y Serena se había quitado el traje gris de oficina y la trenza, ahora se veía relajada y sexy, pero lo fundamental para él, ella lo estaba haciendo feliz.

Él se quedó inmóvil al darse cuenta de eso

-Y a veces cerraba los ojos, usaba mi vibrador, y me imaginaba que era vos que me estaba dando placer- siguió Serena 

¡Diablos!, Serena estaba tratando de matarlo








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