ahora tus manos no recuerdan las mías, perdieron los ojos, el olor, la costumbre. Las mías si no olvidaron las tuyas y su traje, su atuendo de piel huellas y líneas, las siguieron como perros, y se tienden ahora al dulzor de su sombra. Se puede amar por esta porción del cuerpo. Por ella pasa una electricidad un escozor un polen estridencias latido una avispa una cuna una miel un velero; pasa una vida por la corola de una mano amada. Aferradas no hay frio, no hay muerte y todo es primavera.
Vos me tocas, me ablando.
vos me acaricias y muero.
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