Una charla.

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Al entrar, estaba sentado al fondo, como esos chicos rebeldes que no quieren ser molestados.

Decidí ser impertinente y sacarlo de sus pensamientos.

Me senté justo al lado de el, noto mi presencia y sonrió, era de esas sonrisas tiernas tratando de disculparse... -Hola, ¿estas bien?- -Si excelente...-

Estaba apunto de preguntarle qué había sucedido en la cafetería, cuándo la profesora interrumpió, dando comienzo a la clase.

Nos pidió que rápidamente pasáramos la tarea que había dejado el día anterior.

Al pasarlo, nos empezaba a comentar que probablemente se tendría que ausentar la hora ya que tenía Junta en dirección.

Alegremente agradecí por eso ya que podría hablar con James.

Cuando terminaron de pasar los ensayos la profa se retiro con rapidez.

Lo mire...

Acerque mi banca hacia el, recargándome de la suya.

El sabia que quería hablar, se paro, me miro, tomo mi mano, hizo que me levantara comenzó a caminar, sin darme oportunidad de hablar, ni explicar hacia donde ibamos.

Me llevo a un lugar donde no había nadie, solo un bello árbol...

Nos sentamos recargándonos de el y por fin hablo.

-Aquí vengo cuando quiero estar solo o necesito pensar, nunca había traído a alguien-

Le sonreí al escuchar eso.

-Tenemos que hablar...-

El cambio totalmente de cara, palideció, como alguien que sabe que va a morir y no podrá evitarlo.

-Lo se. . . lo lamento no se que me paso, jamas había sufrido tantos cambios de humor, en un solo rato, solo que...- agacho su cabeza avergonzado.

-Solo que ¿que?- con mi mano alce su cabeza para que me mirara, me pose enfrente de el.

-No tengo idea, quisiera explicártelo, pero no se como hacerlo. Perdón.-

Estaba confundida...

- ¿No te agrada Sam?-

-No, bueno lo hacia, pero hace tiempo eramos amigos... sabes.-

Como pudieron ser amigos y acabar así, no lo entendía, pero sabia que cuando el quisiera contarme lo aria.

-Esta bien, ya no are mas preguntas, solo espero que algún día me cuentes.

-Te contare... Pero no ahora, no es el momento.-

-Entiendo.- dije suspirando.

El se acerco lo suficientemente cerca de mi, poniendo su frente junto a la mía, mirándome a los ojos, y susurro.

-En verdad lo lamento pequeña.-

Sentí escalofríos en mi cuerpo, creí que me besaría y hasta cierto punto lo quería, pero tal vez todo iba demasiado rápido... Tal vez ahora no era lo apropiado.

El me miraba con tanta ternura, como si supiera que deberíamos de estar juntos, incluso como si pudiera leer mis pensamientos, una energía extraña me recorría, miraba sus ojos, casi podía ver adentro de el, era como si necesitara ese amor, como si tuviera un dolor inmenso.

Así nos quedamos por un momento, poco a poco nos separamos, teníamos esa mirada de haber conectado, como si supiéramos que todo estaría bien.

Al separarnos nos quedamos en silenció, mirando hacia el vacío, el jugueteaba con mis dedos, comenzamos a hablar, teníamos mucho en común hasta ahora había aprendido varias cosas de el...

Sabia andar en Skate, le gustaba leer, ir a correr por las mañanas para relajarse, tocaba la guitarra, sus padres se habían separado y la mayoría del tiempo su mama se la pasaba en el trabajo... Así que casi siempre estaba solo. Yo le conté sobre mi, no era una persona tan amigable, había sufrido varias cosas en mi pasado, cosas de las que no estaba orgullosa... Pero el acepto mi silencio, decidiendo no preguntar sobre ello. Paso el tiempo, reíamos sobre todo un poco, descubrimos varias cosas que tal vez nos unían, me gustaba escucharlo hablar, relatarme historias y aventuras que tenia, cuando escuche el timbre sabia que teníamos que irnos, me llevo a mi próxima clase, me recordó que vendría por mi, estuve pensando un largo tiempo sobre que había ocurrido, an sentido esa sensación de cuando les pasa algo lindo y les queda un pedazo de alegría pero es como si no fuera creíble, creo que eso era lo experimentaba justo ahora. Pasaron las clases algunas lentamente, otras mas rápidas, cuando llegue a Música, también llamada Artes, La profesora nos pidió que tomáramos un pincel, una paleta y un soporte con tela para que empezáramos la pintura, al lado de mi se sentó una chica, con grandes ojos color negro, piel clara, su cabello era largo y color negro, su aspecto era intenso, una de esas chicas rebeldes, interesantes hasta cierto punto, cuando se dio cuenta de que yo la veía volteo y sonrió.

"Un Abismo Hacia La Locura" ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora