Capitulo Principal

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La brisa acariciaba el paisaje, creando una melodía con las hojas de los árboles de instrumento y las flores como bailarinas. Él sabía que no era más que una ilusión, un sueño inalcanzable. Pero quería creérselo durante unas horas más. Quería volar, ser libre, huir.  

Pero su sueño fue brutalmente interrumpido por un punzante dolor en el estómago. Se despertó mareado y con ardor en el rostro. Con la mirada borrosa, mira con cariño a la niña que estaba oculta entre una tela vieja, acurrucada y aferrada a él para buscar calor. Se fijó en como ella parecía un poco más delgada de lo normal, y su mirada se rompió, pero contuvo el sollozo. 

Notó una mano fría posándose en su mejilla, y se encontró con los profundos ojos de su hermana. Era una mirada que, a pesar de todo, nunca perdía su luz. Irradiaba un calor que Killua no sabía ni explicar, su mirar estaba cargado de ternura y afecto, mirase a quien mirase. Una mirada inocente y libre de prejuicios.

Tengo que proteger esa mirada. - Era el mismo pensamiento que tenía cada vez que despertaba, y cada vez ese deseo se convertía en una obsesión mayor.

- Killua... ¿Hace cuantos días que no comes?- Alluka no lo parecía, pero era muy perceptiva. Sabía que la comida no caía del cielo, y se había dado cuenta que su hermano cada vez traía menos. Empezó a sospechar que toda la comida que el peliblanco traía a casa, se la acababa dando a ella. También empezaba a sospechar sobre que métodos que usaba su hermano para conseguir comida de la nada sin tener dinero. Pero no podía juzgarlo, pues no había ni rastro de maldad en sus acciones. 

- Desde ayer en la noche, ¿No te acuerdas? Traje un poco de arr...- 

La mirada de Alluka se endureció, y Killua se calló de golpe.  Apenas pudo sostenerle la mirada, y bajó la cabeza. Alluka suspiró pero no se ablandó.

- Yo... No lo sé, no lo recuerdo.- Susurró.

Alluka revisó el cuerpo de su hermano, había querido hacerse como la que no se daba cuenta por no saber cómo llevar una situación así, pero se arrepintió de inmediato. A veces olvidaba que su hermano también era un niño.  Cuando era más pequeña lo veía como un ser de luz máxima, con una fuerza insuperable. Aunque su enorme admiración por él no bajó en lo más mínimo, desde que maduró y es capaz de ver la dura y cruel realidad, vio quien realmente es. Es un ser lleno de bondad con una empatía enorme, un niño emocional que daría su vida por un ser querido. O traducido al idioma "cruel realidad", un niño débil que se exponía a la violencia de la sociedad a diario. ¿Resultado? Killua estaba terriblemente delgado y débil, y además, tenía moretones, arañazos y quemaduras. 

 - Hoy te quedas tú aquí, yo saldré a robar la comida.- A Alluka le dio lastima ver la mirada aterrada de su hermano, mirada que se agudizó al oír la palabra robar. Killua dudó unos segundos, esperando algún insulto, mirada decepcionada, o cualquier cosa a raíz de haberse dado cuenta de que él robaba. Al ver que eso no llegaba, guardó sus inseguridades a un lado y la miró enfrentándose a la dureza de la mirada de la otra.

Alluka intentó controlar la ternura que le provocó que Killua no pudiese mirarla duramente aún ni intentándolo, pero no dejó que eso le hiciera ceder.

- No. No irás, te matarán.

- Si sigues así en menos de una semana estarás muerto.- Y finalmente Alluka soltó el pensamiento que más le quemaba por dentro. Inmediatamente después de pronunciar esas palabras el caparazón improvisado que se construyó para enfrentarse a su hermano se rompió en pedazos, y empezó a llorar. 

Los hermanos se abrazaron con fuerza, o con toda la que podían, pues al mayor apenas le quedaban para mantenerse en pie. 

- Hermano, déjame ir. No soy tan fuerte como tu, pero si yo y Nanika...

Ladrón (hxh AU) {GONKILLU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora