Alec

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Un grito frustrado salió de mi garganta, habían pasado varias horas y faltaba poco para que se cumpliera el segundo día.

Con enfado arroje la botella de agua que Alec me había dado hacia la pared, él con su velocidad y agilidad, agarro sin problemas la botella antes de que chocara contra la pared.

Me deje caer hacia atrás, para sentarme en el piso. Donde había sangre seca y el cuerpo de Gianna estaba cada vez más pálido y frio.

Apreté mis puños y agache la cabeza, antes de juntar mis piernas para que mis piernas tocaran mi pecho. Y luego los rodee con mis brazos, para finalmente esconder mi rostro contra el hueco creado. 

Una mano se apoyó contra mi espalda y levante levemente la cabeza para ver a Alec en cuclillas a mi lado mirándome con preocupación. Jane estaba ocupada con tareas que le dieron los reyes. Por eso su gemelo estaba aquí en su lugar, pero aun así el chico era como un hermano para mí y por lo tanto también me tranquilizaba que alguno de los dos estuviera conmigo.

—Van a morir más personas— murmuré entre dientes, mientras miraba al piso

Alec no contesto, continúo acariciando mi espalda, su gesto me tranquilizo, aunque se un poco, lo cual agradecía mucho en este momento.

—Has estado en esto durante unas horas— dijo lentamente Alec

—No voy a descansar Alec, no puedo hacer eso— conteste mirando sus ojos rojos

Suspire, antes de levantarme y mirar el cuerpo de Gianna un momento, recordando cuando Victoria ataco a Bella ¿Qué hubo de diferente en ese entonces que pude usar mi don? ¿Sera que conozco a Bella? ¿Qué es familia y por eso mi don actuó? 

Pero mis pensamientos son interrumpidos cuando el sonido de pasos resonando por el pasillo llego a mi oídos, note también que Alec se tenso y por su reacción sabía que no podía ser bueno, por lo tanto, debía ser Caius.

Y como pensé, segundos después, el hombre rubio entro en la habitación mirándome con arrogancia y luego miro el cuerpo de Gianna con una sonrisa que me hizo enojar.

—¿Te parece gracioso? — pregunte enojada mirando los ojos rojos del rey rubio

—Emma— dijo Alec con un tono de advertencia y miedo

—No— conteste enojada y mire sin temor a los ojos rojos del rey rubio, quien levanto una ceja mientras me miraba con su usual rostro serio —Es una vida, tal vez no te importe, pero a mi si y con la presión que me estas dando ¿Te parece que voy a lograr algo? — cuestione mientras levantaba un poco mi voz a la vez que mi ira hacia el rubio aumentaba. 

Caius gruño en tono de amenaza y dio una paso hacia mí, pero me sorprendí cuando la neblina negra que conozco bien me envolvió y mire Alec con evidente traición reflejada en mis ojos.

Los ojos rojos me miraron y luego miro al otro hombre, mientras mis sentidos fueron obsoletos gracias al don de Alec. No sentí nada, no sabia que estaba pasando a mi alrededor.

Sabiendo que no podía hacer nada en este estado, deje que la neblina me continuara rodeando sin pelear. Era una sensación extraña estar envuelta en el don de Alec, jamás pensé que lo usara contra mí. 

No se cuanto tiempo estuve de esta manera, pero por fin la neblina empezó a alejarse de mi y cuando estaba libre, entrecerré los ojos por la luz a mi alrededor que pertenecía a la habitación, tropecé un poco hacia atrás. Pero Alec me rodeo con los brazos para evitar que cayera hacia atrás.

No dije nada y me enderecé alejándome de su toque. Él hizo una mueca y se puso delante de mí, evitando que me alejara más de él.

—No quería que el maestro Caius te hiciera daño— dijo con honestidad Alec —No solo porque eres la compañera de Jane— acoto después de unos segundos.

—Es porque también soy tu hermana— dije entendiendo el pensamiento del chico, suspire y me acerque al vampiro rodeando su cuerpo con mis brazos y apoyando mi cabeza contra su pecho. Sus brazos rápidamente me rodearon para poder abrazarme —Lo siento, estoy muy estresada con todo esto—

—Lo sé— contesto Alec apoyando su mejilla contra mi cabeza. 

—¿Qué dijo Caius? — pregunte sin muchas ganas de saber la respuesta, pero sabiendo que tenía que saberlo.

—Le sorprendió tu actitud y si bien estaba listo para lastimarte, también te dio un día más para lograrlo— dijo Alec

—Con un día más no se si logre algo— murmure con honestidad

—Quizás no ahora, pero lo lograras. Sé que no es lo que quieres oír, pero eres nueva con tu don y te pusieron a prueba sin saber cómo funciona— comento Alec lentamente, pero note su incomodidad por la conversación, debido a que sabia que a los gemelos les costaba expresar sus pensamientos y sentimientos.

Sonreí y me alejé de él, antes de darle un beso en la mejilla en señal de agradecimiento. Alec parpadeó y no mostro ninguna emoción, pero en sus ojos note el afecto que tenía hacia mí.

Me gire hacia el cuerpo de Gianna y respire hondo, antes de regresar hacia la mujer para intentar revivirla. 

La compañera de Jane VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora