El Hermano de mi Mejor Amigo

Capitulo 5

"Llega tarde, Saint. ¿Estás seguro de que viene?" Gulf dejó que las cortinas se deslizaran entre sus dedos, permitiendo que se cerraran mientras se volvía para caminar por el suelo de la sala.

"Ya va, Gulf. Lo llamé hace diez minutos y dijo que estaba en camino. Estará allí. Relajarte."

"Vamos a atascarnos en el tráfico".

La risa vino del receptor. "¿Tráfico a la hora del almuerzo?"

"¡Silencio!" Contuvo una pequeña sonrisa y se apoyó contra la pared. “Llevo vestido más de una hora, apenas dormí, asegurándome de tener todo listo, y que llegué tarde realmente me cabrea. ¿Pensé que habías dicho que había cambiado?"

"Se quedó dormido, Gulf, estará allí. Mira, si no llega en treinta minutos, te compraré una coca."

Gulf cerró los ojos. "Un ron con coca cola".

"Lo que quieras", asintió Saint. “Pero tengo que volver a practicar. ¿Puedes llamarme cuando llegue?"

Gulf se sentó en su sofá y encendió el televisor. "Seguro. Pero si no está aquí en una hora, me iré sin él".

"Me parece justo", respondió. "Te veré en unos días".

"Bueno."

"Adiós."

"Adiós." Gulf colocó su celular a su lado en el sofá y se reclinó para cambiar el canal a 'Judge Judy'. Había estado tan estresado por el viaje de esta mañana que casi no había dormido. Seguía soñando con Mew. Sobre él colgando de la punta de sus dedos en el borde de un acantilado y llamándolo por su nombre. "¡Gulf! ¡Gulf!"

Intentaba acercarse a él, pero cuanto más se acercaba, más rápido latía su corazón, porque no podía hacer que sus pies se movieran. Aunque podía ver que se estaba cayendo, no podía acercarse a él. Temía que si lo hacía, caería por el acantilado junto a él.

El sueño era oscuro y perturbador por decir lo menos, pero había mucha verdad en él. Tenía miedo de volver a ver a Mew. Miedo de que verlo le arrancara el corazón salvaje del pecho. Como lo había hecho en medio del lago seis años antes.

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Seis años antes

"¡Solo salta, ya!"

Gulf estaba de pie al borde del agua, mirando hacia abajo desde el muelle mientras Mew nadaba en la oscuridad del lago. Un escalofrío lo recorrió. No porque hiciera frío, en todo caso, hacía más calor de lo habitual. Se estremeció porque de repente no estaba seguro de querer estar allí. Él miró hacia atrás por encima del hombro. Hacia la cabaña donde aún dormía su mejor amigo, seguro que estaba cometiendo un gran error. Pero la noche era perfecta, el cielo cristalino, mostrando una plétora de estrellas demasiadas para contar, y los olores de la naturaleza se mezclaban con el aroma de la libertad.

"¿Qué tan profundo es?" preguntó finalmente, mientras dejaba caer su toalla al borde del muelle. Su traje de baño negro era simple, nada demasiado sexy o revelador, llevaba una camiseta sin mangas para evitar mostrar su pecho. Gulf tenía un cuerpo curvilíneo. Su torso y cadera anchos, pero no demasiado y su cintura estrecha,  pero él era increíblemente cohibido. Desde pequeño había sido consciente de que sus curvas eran una distracción. Muy consciente, incluso en sexto grado, cuando los chicos empezaron a comerselo con los ojos.

"No tan profundo." Se puso de pie en el agua, lo que indica que le llegaba a la mitad del estómago. "¡Salta, ya!"

Antes de que pudiera convencerse a sí mismo de no hacerlo, sabiendo que estaría mucho más cómodo protegido por el agua oscura, contuvo la respiración y saltó lo más lejos que pudo. Pero instantáneamente, comenzó a hundirse. Sus ojos se abrieron y sus brazos se agitaron en pánico. Intentó desesperadamente volver a la superficie, pero cuanto más luchaba, más se hundía. No podía sacar la cabeza del agua, no lo suficientemente alto para respirar por completo.