N°10

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– ¿Se puede saber por qué no llegaste ayer? – pregunté con una ceja alzada. 

– Quería hacerte enojar, Vic. – se mordió el labio. 

– Usted está detenido por andar por sobre el límite de velocidad repetidas veces y faltarle el respeto a un oficial de la ley. – saqué las esposas y le abrí la puerta del auto. 

– No hablas en serio...  

Lo sujeté de la muñeca y lo bajé, sin embargo con cuidado de no lastimarlo. Lo llevé a la patrulla y lo apreté contra ella, poniéndome detrás. Rocé mi entrepierna con su trasero con una sonrisa, y él pareció captar a qué venía todo esto.

– Cualquier palabra puede ser usada en su contra. 

Mayo solo soltó unas risitas y se dejó meter a la patrulla. Una vez adentro le puse una esposa en la muñeca y la otra en un pasamanos que había en el techo. Él estaba sentado en el asiento trasero pero no podía moverse mucho hacia los lados.

– ¿A dónde me llevas? – parecía inquieto. 

– Solo me quiero esconder un poco detrás de los matorrales. No queremos que nos vean, ¿no, Mayito?

– Nop

Estacioné el auto, me tiré hacia atrás y comencé a desabrocharme el chaleco de policía.

– Tendrás lo que quisiste todo este tiempo... – exclamé, siguiendo con mi pantalón.

– Ay Vic, mis esfuerzos valieron la pena. 

– Mereces un nobel al más sexi. 

Terminé de desvestirme y él se quedó un momento viendo mis brazos y mi abdomen.

– Wow... – estiró su mano libre para tocar.

– Soy policía, debo estar en forma.

– E-eres un dios. Quítame las esposas, te lo ruego, necesito tocarte.

– No me apetece. – me acerqué y lo arrinconé contra la puerta. – haremos que los vidrios se empañen. – susurré en su oído.

– Me gusta la idea. – se mordió el labio.

Esos labios que tan atractivos eran a mi parecer se volvieron a juntar con los míos. Jugueteé con su lengua. Una mano me tomó por sorpresa y comenzó a frotar mi miembro.

– Mayito⁓... – gruñí.

Le quité la ropa mientras seguía besándolo con desespero. Dejé un chupetón en su cuello y lo obligué a apoyar su cabeza en el vidrio. Seguí con los chupetones, solo que me desplacé a su hombro.

Le lamí la piel como si fuera un suave helado de vainilla. Bajé a su vientre dando besitos y finalmente llegué a su cadera. Él pensó que jugaría con su miembro en mi boca pero no fe así, ya que entre lamidas y chupetones me fui acercando a su entrada. Con la punta de mi lengua la toqué.

– Aha⁓ ahh⁓ – cerró los ojos y sonrió al sentir como era penetrado.

Lo sujeté de los muslos con las manos y jugué con mi lengua dentro suyo. Hice movimientos circulares. Simulé lentas estocadas. No debían ser rápidas, pues por naturaleza esa zona era muy sensible y el contacto de la lengua bastaba para ocasionar un gran placer. Chupeteé y me separé solo para ver como se lamía su mano para luego llevarla a mi miembro y comenzar a masturbar nuevamente.

– Uff⁓ Mayito⁓ no aprietes tan fuerte⁓ – le di una nalgada.

Mi pequeño uke sonrió y fue directo a mis labios. Terminó de masturbar y se volteó, se puso en cuatro y dejó que sus brazos colgaran de las esposas.
Lo sujeté de la cintura y lo acaricié un poco mientras me posicionaba. Dejé descansar mi pecho en su espalda y lo embestí de una.

– ¡Mhah!⁓ aah⁓ V~Vic⁓

– Está oscureciendo... ¿es más excitante, no? 

– Ah⁓, sí⁓... – sin previo aviso di unas estocadas más veloces. – ¡mhm!⁓

Me detuve unos segundos y lo hice nuevamente, solo que esta vez no me detuve. Se volvió todo más salvaje, los gemidos se mezclaban, las respiraciones agitadas no parecían querer calmarse pronto y cada movimiento del contrario parecía querer incitar más al otro.

– M~Mayo⁓ mmh⁓ – le di un chupón en la espalda.

– Pa~para por favor⁓ – pidió de pronto.

No voy a negar que esa frase me excitó, pero detuve las estocadas. 

– ¿Fue muy rápido? 

– Espera u~unos segundos a que me recupere⁓

Se veía agotado, pero tampoco quería parar.

 – Tómate el tiempo que quieras. 

– Ya estoy bien, sigue⁓

– ¿Lo quieres más lento? 

– No, igual, o más rápido, como gustes. No me importa, solo quiero sentir a tu amiguito dentro.

– Uff⁓ si tanto lo deseas...

Empecé de nuevo con las embestidas. A fuera ya había total oscuridad, de hecho, dentro del auto no se veía nada ya que no habíamos prendido la luz. Esto no nos importaba, todo lo contrario, lo volvía más excitante. Me corrí dentro suyo y le acaricié mejor las curvas.

– Mgh⁓ hagh⁓ – jadeó con la mitad de la lengua afuera.

– Afh⁓ – fui más lento por unos segundos.

Luego seguí embistiendo a la misma velocidad, solo un orgasmo no era suficiente.  

– ¿M~me qui~quieres partir en dos?⁓ ¿o qué?⁓

– ¿Sería un problema? 

Se rio y continuó disfrutando de los empujones. Suspiró con la frente apoyada en la ventana al sentir la leche dentro suyo por segunda vez. Me salí de su interior y le quité las esposas. Unas gotas que dejaban estelas de semen salían de su entrada y se desparramaban por su trasero.

Lo primero que hizo fue acostarse en el asiento y quejarse por su cadera. Lo segundo fue tirarme del brazo para que le diera otro beso y lo tercero fue abrazarme hasta quedarse dormido.

Como ya era de noche y estábamos agotados, manejar hasta su casa no era seguro por lo que decidí que nos quedaríamos hasta la mañana en el coche.

Ya había formado un gran vínculo con ese hombre, conocerlo fue lo mejor. No creo que él tenga intenciones de dejarme ir, y yo tampoco tengo ni la más mínima...


Fin



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Otra obra terminada por Kashi

Espero que la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla o((>ω< ))o

Nos vemos en otra historia ( ゚  v ゚)つ Bye

Sexis Detenciones ∬ Mayictor ⊣Yaoi⊢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora