Un lindo chico rubio, quién con curiosidad miraba todas las noches esa tienda con letrero llamativo.
"Magic Shop" el local que lo mataba de dudas sobre que había dentro, la cual miraba durante un par de horas hasta que ése chico aparecía.
Kang Tae...
- ¿Eres ciego acaso? ¿Cómo no vas a ver el letrero? Es azul, con morado, brillante, llamativo.
El se veía más confundido que yo, pero no podía ser posible, ¿cómo no iba a verlo? ¿¡Cómo no iba a verlo!?
- HueningKai.
Tomé sus cara entre mis manos y la centré al frente, justo donde mi mirada se dirigía todas las noches.
- Está ahí, HueningKai, ahí.
- Yo sólo veo a un chico, que se ve tierno y lindo.
Frunci el ceño ante su "lindo", dándole un pequeño golpe en la nuca miré también al castaño que entraba al local.
- T-TaeHyun
- ¿Mhm?
- Creo que ya veo el letrero.
Lo miré de nuevo, sacudiendo su cuerpo un poco.
- ¿Ya lo ves? ¿Cómo que antes no lo veías? ¿POR QUÉ ANTES NO LO VEÍAS?
- Porque no cree en la magia, por eso.
¿Ah?, ¿acaso estoy viendo un ángel?
"No, solo estás mirando a un hada".
Oh, un hada, tan lindo... Y tierno.
Oh, espera, ¿de quién es esa voz?
- U-Un gusto, soy Kang TaeHyun. -Hablé enseguida, nervioso por la tierna mirada de quien parecía un poco más bajo que yo-
- ¿En la magia? Eso es absurdo.
La voz de Hyuka me hizo rodar los ojos, pero no quise verme molesto ante el chico lindo, terriblemente lindo.
- La magia, sí, ¿no lees el título? "Magic Shop" sólo traducelo, tienda mágica. Pero como sea, yo soy Choi BeomGyu.
Oh, que lindo nombre, suena al nombre del amor de mi vida.
- Yo soy HueningKai, ¿trabajas ahí?
El chico lindo asintió, y mostró una sonrisa, oh... la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida. Podría quedarme mirándola, observándola, apreciandola el tiempo necesario, sí.
- TaeHyun, te preguntaron algo.
- ¿Qué? Ah, sí, sí... no, ¿qué? ¿Qué preguntó?
Murmuré hacia mi menor, escuché la risa del chico desconocido; BeomGyu y me sonroje un poco. Pero al final no supe si fue por lo linda que sono o por el ridículo que acabo de hacer.
- Preguntó si trabajas aquí, tarado.
- Oh~ ah, sí, desde hace una semana... y media, semana y media, sí eso, ¿y tú?
- ¿Yo? Ah~ sí, algo así.
La campana de la entrada del lugar original de mí trabajo tímbro, y un pequeño brinco sí di al recordar que debía hacerme cargo de el, así que mire al lugar un poco alarmado y caminé detrás del par de chicas para poder atenderlas.
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