Una Vida Casi Normal

19.- No todo es miel sobre hojuelas.

Una semana después de la boda, como cualquier mañana en el cuarto de Dean, Castiel se despertaba primero, al dar el primer paso levantándose volvió a chocar con las botas.

"¡Maldición Dean, podrías ser un poco más ordenado!". En un tono lo suficientemente alto para despertar al rubio.

"Buenos días, creo alguien amaneció de mal humor". Dijo aun somnoliento y con una media sonrisa Dean.

"Por Dios Dean, cada mañana es lo mismo, debo esquivar tu ropa y botas desordenadas en el suelo y hoy como siempre estuve a punto de caerme". Bufó molesto Castiel.

"Oh vamos Cas, es muy temprano además no es como si fueses a morir por una caída". Algo despreocupado le decía el rubio.

"Tal vez, pero no te mataría un poco de orden en tu cuarto". Ya contestando en un tono más tranquilo el ángel.

"Bueno, déjame compensarte el golpe. Hoy yo te preparo el desayuno". Le decía mientras se levantaba de su cama para besarlo suavemente en los labios. Castiel se metió a bañar mientras su esposo le preparaba el desayuno, ya más tranquilo desayunaron juntos los demás chicos.

"Vaya Cas, algo debes estar haciendo con Dean, es raro que él cocine por voluntad propia". Les dijo Sam.

"Solo lo está haciendo porque casi tropiezo con una bota que dejo en medio del cuarto". Contestó solemnemente Castiel.

"Pues casi me matas por hacerlo, la próxima vez debería dejarte caer". Le contestó Dean burlón mientras daba una mordida a su Pay.

"Sabes que no puedo morir, no se porqué haces comentarios tan estúpidos". Fríamente le contestó Castiel.

"Vaya veo que sigues de mal humor, lo siento está bien; no deberíamos pelear frente a los demás". Trató Dean de aun mantener calmado.

"Bien, iré a ordenar archivos". Castiel se marchó después de decir esto.

"Iré a arreglar a Baby, Adam; ¿Me ayudas?". De igual manera dijo Dean llevándose a Adam con él dejando a Jack junto con Sam y Eileen.

"Que raro, usualmente Dean ya habría contestado a esos comentarios; aunque tiene un punto acerca del desorden pero Cas ya sabía que Dean era así, no se porqué estaba tan malhumorado". Se quedó extrañado Sam.

"Tal vez fue una mala noche". Sugirió Eileen.

"¿Los viste extraños ayer Jack?". Le preguntó Sam.

"No, se fueron a dormir tranquilos". Les dijo el chico, el día transcurrió con normalidad, aunque Castiel siguió en lo suyo y a Dean le tomó el día entero darle mantenimiento a su auto, cada miembro comió a diferentes horas ya que estaban aunque encerrados, algo ocupados; la noche cayó y Castiel terminó de traducir un libro que estaba en enoquiano, era cerca de media noche y se dirigió al cuarto para encontrar a Dean en la ducha, el rubio salió envuelto en una toalla.

"Hey, ¿Sigues enojado conmigo?". Le preguntó preocupado Dean.

"No, lo siento Dean; no se porqué me puso de mal humor, hoy no te ví en todo el día y de verdad te extrañé". Le contestó triste Castiel.

"Oh vamos, seré más ordenado, tienes razón... Si reaccionaste algo brusco pero el cuarto es de ambos y si estamos casados debo ver que te sientas cómodo, ¿Notaste que ya arreglé nuestro cuarto?". Al oír esto, el pelinegro prestó más atención para ver que todo estaba puesto en dónde debería de ir acomodado, había pasado el día distraído que incluso al entrar al cuarto no prestó atención a que no tropezó con algo esta vez.

"Se ve increíble". Le dijo con una sonrisa.

"Bueno, tal vez merezco un premio... Tu sabes... Por ser un chico bueno". Comenzó a acariciar su mejilla con la mano mientras comenzaba a besarlo por el cuello, aunque usualmente esto ya provocaba una reacción en el cuerpo de Castiel, esta vez no sentía ningún reflejo del cuerpo de este.