Una Eternidad Contigo

Capítulo XV

Debido a los daños en el Teatro, la obra benéfica fue cancelada, no obstante, a Candy se le ocurrió realizar una fiesta al aire libre para recaudar donaciones entre los asistentes.

La hora de la fiesta llegó, Candy portaba un elegante pero cómodo vestido rojo. Mientras Terry cepillaba su cabello, cerró los ojos y comenzó a recordar lo sucedido en el transcurso del día.

Flash Back........

Mas temprano de lo usual, Candy, quien se había alojado en la Mansión Ardley la noche anterior junto a Terry, bajó la escalera con dirección a la biblioteca con la intención de tomar un libro para leer un poco mientras los demás despertaban. Se detuvo frente a la puerta al escuchar ruidos provenientes de la cocina. De manera automática, dirigió sus pasos en aquella dirección. Abrió los ojos con sorpresa al encontrar a su Tia y sus dos amigas que ayudaban a Pony en la decoración de tres pasteles.

—¿Estamos preparando estas delicias para la fiesta de esta tarde —se apresuró a decir Annie al verla de brazos cruzados en la puerta de la cocina.

—Ya veo —musitó Candy aspirando el agradable olor que llenaba la cocina.

—Que Dios nos ayude —dijo Patty mientras movía uno de los pasteles de un lugar a otro.

—Esperemos que Dios nos regale una resplandeciente tarde —dijo Annie juntando sus manos en señal de plegaria ya que la fiesta se llevaría a cabo en el jardín.

—¿Cuántas personas han confirmado su asistencia? —preguntó la señora Elroy.

—Cuarenta y cinco. —La joven rubia no sabía a ciencia cierta si las personas que asistirían, lo hacían por morbo, para comprobar por ellos mismos, si la nota impresa en los periódicos dos días atrás, eran ciertas. La última vez que los habían visto, ella se había retirado de la velada minutos después que Terry hizo su arribo.  Sacudió la cabeza, para ahuyentar sus pensamientos tras escuchar una exclamación de sorpresa.

—¡Oh Dios!, son mas de lo que esperé lo hicieran —dijo la señora Elroy abriendo los ojos.

—Me temo que tendremos que preparar mas pasteles —Pony se dirigió a sus tres ayudantes esbozando una sonrisa.

—Yo les ayudo —dijo Candy sacando un delantal y colocándoselo

—No sé como puedes preparar tantas cosas —le dijo Candy a su nana observando una mesa llena de bocadillos.

—Disfruto haciéndolas —Pony se encogió de hombros.

—Tia, me sorprende verla aquí, no tenía idea que le gustara la cocina.

—Hay muchas cosas que desconoces de mi Candice, ¿quieres saber una d ellas? —Candy asintió —para que lo sepas, no soporto que cuando se devoran todo, las damas convidadas, comienzan a chismorrear de las que no asisten y no se detienen hasta asegurarse que no se les escapó ninguna.

Candy se echó a reír ante el gesto de fastidio de su tia.

—Creí que disfrutaba de ese habiente.

Elroy negó con la cabeza

—¿Te puedo confiar un pequeño secreto? —Candy asintió —Detesto cuando comienzan a hacerlo y he tenido deseos de dar por terminada la velada y echarlas de la casa.

—¿Y por que mejor no se aleja cuando comienzan con sus chismes?

—Porque seria una falta de cortesía hacerlo.