CAPÍTULO 1

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Tiembla Londres, tiembla.

Kristyn.

— ¡No te muevas, maldita perra!

Todo era un caos de un momento a otro, se escucha como tumban todo a su paso, los disparos alcanzando su blanco, gritos exigiendo que no se resistan. Mis manos y piernas temblaban y siento como una capa fina de sudor frío me bajaba por la frente.

— ¡Ti amo, Principessa! —me asomo por la ventanilla al escuchar su voz, se está refiriendo a mi -. No lo olvi... —retrocedo en seco chocando la espalda con la pared, un grito ensordecedor inunda el lugar y sin querer y por el miedo orino en mi ropa interior.

El collar con placas caen al suelo y de manera inmediata cubro con ambas manos mi boca, las lágrimas me salen sin cesar. El cuerpo del hombre que jugaba al escondite conmigo, que me hacía cosquillas hasta lagrimear y me llenaba de besos y abrazos, ahora yace en el piso sin vida.

— Señorita Salvattori, señorita... —tratan de tocarme el hombro y antes de que lo consigan, la Ruger-57 m16401 de 28mm que reposaba sobre mis piernas bajo la cazadora de cuero ahora le apunta a la cabeza.

Tengo el sueño bastante liviano, siempre estoy alerta y armada sin importar el lugar o la circunstancia. Mujer prevenida vale por dos ¿No? pues entonces yo soy inigualable.

— Ni se te ocurra poner un solo dedo sobre mi —advierto mirándola sobre mis Ray-Ban, la azafata traga saliva y palidece asintiendo.

— L.lo siento señorita Salvattori —se disculpa de inmediato y guardó el arma—. En cinco minutos aterrizamos.

Informa y se marcha aterrorizada como alma que lleva el diablo y no puedo evitar sonreír, confieso que me llena de satisfacción causar ese efecto en las personas sea hombre o mujer. Joder, claro que no se esperan que esta carita "angelical" actúe de semejante manera.

Guardo el arma en el bolso colgado en mi hombro derecho, cojo mi cazadora del cuello y me dirijo hacia el baño del jet privado. Me miro en el espejo y lo primero que hago es retocar un poco mi maquillaje antes de aterrizar, me pinto labios con un intenso labial carmesi, delineó de negro mis ojos con heterocromía y me aplico perfume sobre la ropa. Optó por colocarme la cazadora y despeino un poco el corto y ondulado cabello que me adorna. Acomodo mi escote para salir a mi destino, primero muerta que mal arreglada.

Soy una sexy y maldita perra que quiere el mundo bajo sus pies.

Al pisar tierra británica una Humvee NXT 360 está a mi espera con un soldado a su lado y sin dudarlo me acerco a él.

— Bienvenida a Londres —él hombre abre la puerta para mí—. El Mariscal de Campo la está esperando.

Sin responder subo al vehículo y nos ponemos en marcha, hacia el cuartel general de Agentes de las Fuerzas Especiales Mercenaria de Londres que es la sede principal más grande del mundo.

Solo los mejores tienen el honor de pertenecer a sus tropas, son soldados con años de experiencia, veteranos la mayoría, que anteriormente le servían a sus países pero para la AFEM eso no es suficiente. No buscan lealtad al país, nos rigen con una ideología estricta ya que al mínimo error tenemos la autorización hasta para matar aun presidente.

Somos los que todos ven y escuchan, estamos en cada espacio. Una organización bajo ley, la más poderosa que elige el destino de cada persona aunque estas no sepan ni de nuestra existencia.

— Que nos han traído una putita para pasar el rato —escucho a las bestias que están reunidas y me rodean—. Ven con papi, nena —uno abre los brazos y sus compañeros se ríen—. Que esas tetas están para chupar.

TRAICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora