Destruyó el espejo que le había regalado, sus manos y el suelo se teñían de carmesí, al igual que la pared al ser golpeada en repetidas ocasiones por ella. ¿Qué había hecho mal, qué le faltó? Nada, absolutamente nada más allá de confiar en quien se acercaba con una amigable sonrisa.
—«Natasha, no es lo que...» —como pasó en la realidad, la excusa barata de Steven fue cortada por el portazo con el que recordaba haberse marchado.
Maldijo entre dientes el haberse permitido caer enamorada del niño bonito con sonrisa aperlada, Tony se lo dijo, incluso Rhodey...
—Nada sale bien si te involucras demasiado —envolvió su magullada mano con un vendaje improvisado tras lavarla.
Estuvo a nada de lanzar su teléfono por la ventana, pues desde que llegó a su apartamento no había dejado de sonar; podría ser Tony, preguntándose porqué no contestó a su primera llamada, o quizá Steve, intentando convencerle que sus ojos la habían engañado. Sin importar quién se encontrara al otro lado de la línea, no respondería, necesitaba tranquilizarse o cabezas acabarían por rodar.
—Maldita sea, Romanoff —vio a Stark descender a su lado, en la terraza a la que siempre iba para despejar su mente, pensar, o simplemente tomarse una botella de vodka.
—¿Qué quieres, Stark? —ese día había sido la botella, aunque apenas y le había dado un par de tragos cuando el mecánico decidió interrumpir.
—Steve me... —sintió la mirada de la rusa encima suyo, peor que malditas dagas atravesando su piel— Supe lo que sucedió
—¿Cuál es su excusa; la confundió conmigo? —otro trago a la botella, uno ligeramente más largo.
—No vengo a pedir perdón por él —el traje empezaba a desprenderse de su cuerpo mientras se acercaba, sentándose a su lado.
—Más te vale, mi contador de traiciones debe mantenerse a una por día —volvió a beber
—Quizá ya fue de- —intentó quitarle la botella ya semi vacía, pero sus delgados dedos se aferraban al cuello de la misma como si de su vida se tratase.
—El cartucho está lleno, Stark —también sintió el helado cañón metálico en su sien, casi al instante en que intentó tomar el alcohol—. No. me. obligues —la escuchó hablar a pausas, haciendo que su amenaza fuese más seria todavía.
—¿Qué harás entonces? —después de un respiro profundo, soltó la tan preciada botella de Natasha y cruzó sus manos frente a sí— Es el líder del equipo, no puedes evitarlo
—No soy parte de nada
—¿Disculpa?
—Lo que oíste, en ese mismo instante renuncié a esa torpe ilusión de familia que me habían creado —y, de nuevo, dió otro trago a su vodka
—Sé que es difícil de aceptar, pero-
—A Дерьмо (Una mierda) —volvió a interrumpirle, con la mandíbula tan tensa que incluso Stark podía escuchar sus dientes rechinando contra sí—. Ya lo he aceptado, Steve es un imbécil y yo también, fin de la discusión
—¿Realmente vas a abandonarnos?
—No me necesitan; si fuí tan fácil de engañar para un hombre al que veía 23 horas del día... He fracasado como espía —y era de las cosas que más le molestaban; ¿cómo carajos no lo vio?
¿Cómo no se dió cuenta de aquellas sonrisas coquetas que en su momento habían sido para ella? ¿Por qué nunca se cuestionó lo rápido que Rogers empezaba a alejarse de ella? Sencillo, porque prefería mentirse y creer que todo estaba bien a aceptar que le entregó su corazón en bandeja de plata a quien no debía; y aquello había funcionado... Hasta que no. Lo tuvo frente a sus propios ojos, era imposible seguir siendo inocente y fingir que nada pasaba, nadie se merecía eso y ella no iba a permitirlo.

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Marvel-shots
Short StoryCompilación de drabbles, viñetas, one-shots de Marvel, multishipps, au's y amor al fandom de por medio.