𝓓𝓲𝓮𝔃

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El tiempo pasaba y yo solo pensaba en como hiciste para ingresar a mi corazón, meditaba.......cuando ingresaste a mi habitación sin previo aviso, esa era tu costumbre.
Venías con una sonrisota en los labios, lo que significaba que algo bueno había sucedido, así que me atreví a preguntarte: 

-¿Porqué esa cara?, a lo que solo asentiste y dijiste:

- Tú, tu recuperación.....

Para ser sincera la primera silaba que pronunciaste me emocionó mucho, imaginé otra cosa, pero era mi recuperación... Así que solo suspiré y dije: 

-¿Así?, ya veo

 Me miraste con una mirada obvia y nuevamente hablaste levantando una ceja:

- ¿Esperabas acaso otra cosa?

Yo miré a otro lado tratando de disimular mi sonrojo, pero era demasiado tarde.......me levantaste el mechón y solo pronunciaste: 

-¿Si te vieras como estás ahora?, te vez tan tierna sonrojada.....

Eso bastó para pegarte un golpe en el hombro, pero ¿te caíste?, ¿enserio?, aunque no contaba con que me jalaras del brazo en el momento en que me asomé al verte en el piso, y que nuevamente quedáramos demasiado cerca.

Las cosas esas en el estómago y el corazón latiéndome por segundo se activaron nuevamente....

El chico del hospitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora