Adultos Enamorados[ Law x Luffy ]

L -Capítulo Cuatro.

Capitulo Cuatro: "Vida"

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Viernes 26 de marzo - 21:47

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Allí estaban, padre e hijo parados uno al lado del otro. Y Luffy tuvo que mirar hacia arriba para poder enfrentarlos.

—¡Bienvenidos! Pasen, pasen— Luffy se hizo a un lado, dejando que los dos postes de luz ingresaran a su casa.

Corazón pegó con su frente el marco de la puerta; pasándole las bolsas que traía a Luffy para que pudiera sobarse el golpe. El golpe seco resonó por toda la casa, obteniendo risotadas contenidas desde las escaleras.

—¡Cora-san! — Dijo alertado Law, viendo como el mayor restaba importancia al hecho.

—Shishishi, siempre pasa lo mismo. Cora-san es muy descuidado— Dijo riendo Luffy, para luego dirigirse a Law— ¡Woah, Torao! Bienvenido, siéntete como en tu casa.

La sonrisa de Luffy deslumbró al pobre cirujano, quien se quedó un poco aturdido por tanta alegría y amabilidad.

<<Me prende más que mil infiernos>> Pensó por un momento, descartando la idea al recordar que no estaba tan desesperado.

—Gracias Luffy-ya— Justificó sus pensamientos con alguna absurda suposición, alegando cosas que ni él mismo podría creer.

Sin darse cuenta, Corazón ya estaba en la cocina, abriendo el refrigerador y tomando un líquido rojo de alguna botella.

Corazón sacó una cerveza y se recostó en el sofá de la casa, posando sus pies en la mesita que tenía Luffy enfrente. Encendiendo el televisor y soltando un eructo.

Ambos no le despegaron el ojo de encima hasta que vieron como una mano del hombre se escabullía entre su propia camisa, acariciando su panza y relajándose como si nada.

—¿Ves, Torao? Cora-san sí que se toma en serio lo de 'Siéntete como en casa'.

Minutos después, aparecieron los pequeños angelitos de Luffy. Bajando las escaleras en modo alerta, para luego ambos suspirar aliviados; su padre no se veía enojado, así que seguro no sabía qué habían roto... O aparentaba frente a las visitas...

Terminaron de bajar las escaleras, dirigiéndose hacia donde estaba Corazón y saludándolo cálidamente. Corazón los engatusó para que jugaran a las cartas con él, y si el adulto ganaba, ambos niños le dirían qué habían roto. Cosa que muy probablemente no pasaría, porque los niños hacían trampa a la mínima que podían.

Law y Luffy se dirigieron hacia la cocina, por lo que ambos pequeños no cayeron en la segunda presencia que los visitaba.

—¿Quieres tomar algo Torao?— Preguntó amable Luffy, cambiando la canción del estéreo por alguna más tranquila.

—Lo que tengas está bien, Luffy-ya.

Luffy sonrió asintiendo, sacando una cerveza y un juguito del refrigerador. Law tomó la cerveza, mirando como al inclinarse, la camisa de Luffy se abría un poco.

La camisa suelta de tirantes le jugaba en contra, podía observar hasta los rosados pezones de Luffy en esa posición. Quedó un poco hipnotizado por los movimientos tan suaves y rápidos del menor, quien juntaba y acomodaba la isla de la cocina.

<<Si fuese pirata, solamente navegaria entre tus patas>> Law desvió por dos segundos la mirada.

Cuando su tarea terminó, se sentó en frente del cirujano, sonriendo gigante y preguntándole cómo fue su día.