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Las horas siguientes a la llegada de los Potter fueron probablemente las más duras que se habían vivido en el cuartel.

Se respiraba tensión y solo se oían los sollozos de Harry, que estaba acurrucado entre Hermione y Honey.

La habitación donde Liam se había encerrado con Nico y su madre estaba insonorizada, por lo que no se oía nada.

Quizá habrían pasado tres horas cuando Liam salió de allí. Tenía cara de estar realmente cansado pero sonreía.

Y no podía sonreír si algo había salido mal.

-¿Puedo pasar a verlo?- preguntó Harry ansiosamente.

-Aún está un poco grogui. La magia no funcionaba muy bien para bajar la fiebre, por lo que tuve que darle pastillas- le indicó el Potter mayor a su sobrino.

Harry asintió compresivamente y subió las escaleras.

-Voy a ir también, si no es molestia- susurró Heidi Diggory. Estaba sentada con la pequeña Felicité en su regazo. El bebé se reía al ver a Tonks poner caras extrañas-. Um... Remus, ¿podrías vigilar a Fizzy mientras tanto?

El hombre lobo cogió a su hija y se sentó donde antes estaba sentada Heidi.

—Ron, ¿quieres acompañarme? A Nico seguro que le gusta verte.

Ron la siguió confundido. Él realmente conocía a Nico bastante poco, a veces jugaban ajedrez juntos, pero no podía decir que eran amigos.

—Haz, ¿has visto su pelo? Lo tiene tan pelirrojo. Creo que...—Nico cortó su frase cuando los vio aparecer—. ¡Heidi!

—Hola pequeñajo. ¿No has pasado un buen verano, eh?— tomó asiento en la cama—. Yo tampoco. Y-ya sabes, por Cedric.

Mientras los dos Hufflepuff se enfrascaron en una conversación, Harry y Ron se pusieron en una esquina.

—¿Cómo se ha puesto tan enfermo?

Harry se tensó, como si le hubiesen puesto un cuchillo en el cuello.

—T-tiene una herida en la pierna que se le ha infectado.

—¿Era tan difícil decirme eso?

Harry ignoró a Ron. Cosa poco extraña con su familia, pero no con Harry, que solía tomarle bastante en cuenta.

—Vale, Nico— dijo Liam al entrar a la habitación de nuevo— necesito que me digas porqué un atizador te ha abierto una herida tan grande que casi te provoca la muerte.

Ron, Heidi y Nico abrieron la boca al máximo.

—Y por favor, intenta no mentir, peque. Es por tu bien.

Nico, que parecía que esas palabras le habían quitado toda la anestesia, empezó a llorar desconsoladamente. Harry lo abrazó tan fuerte que parecía quererle aplastar todos los huesos del cuerpo.

—Está bien, está bien, está bien...—el mantra que repetía su mejor amigo sobre la cabeza de su hermano era el único sonido que se escuchaba por encima los sollozos del más pequeño.

—Tío Vernon la pagó con él cuando me vio debajo de la ventana intentando escuchar las noticias— murmuró Harry.

—¿Cómo...? ¿Por qué no me habías...? Oh, Haz. Lo ha hecho antes, ¿cierto?

—Desde que puedo recordar.





































if i could fly ;  r.weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora