Cap.10

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Los cielos se pintaban de hermosos colores dando a entender la llegada del atardecer, los vientos presentes soplando a todo poder y tan penetrantes entre los huesos.

La nevada de Diciembre llegaba de manera presurosa...

Por otro lado se hallaba un auto oscuro, de vidrios polarizados, en espera de algo, o de alguien a quien nunca pensarían poder lograr cruzar palabras.

Unos ojos ambares cristalinas con toque naranja miraba a través de la ventana del vehículo una cabaña tamaño medio entre los enormes árboles de pino Encino.

- Lo harás bien... ¿De acuerdo?

- Rookie no es el problema... -  Se podía escuchar con perfección la triste y débil voz de dicha mujer. De lo contrario los ojos café marrón de un hombre de aparente 28 años de edad miraba atentó cada gesto u acción de la mujer - Su esposó... Él... Es el que me preocupa... Lo lastime aquella vez... Que no creo deje acercarme a ese bello niño, que alguna vez vi crecer

- No lo sabremos si no lo intentas... Vamos... Sal, háblale, hazle ver cuánto lo sientes... No dejes que unas simples palabras destruya a la familia que te queda...

- ...... Deseame suerte Ethan

- Yo iré contigo

•••

Nuestro pequeño y Joven lobo, retomaba la anterior tarea guardando de los pocos objetos que podrían llegar a ser útiles para así terminar cellando la caja con cinta Adhesiva.

- Tres menos y Faltan cuatro 

El timbre resonó en el interior de aquella casa, Frunció el ceño confundido tras no esperar visita alguna, aunque sonrió inconcientemente de manera tierna, se encamino a atender en la puerta.

Por el otro lado, la persona menos indicada temblaba temerosa por lo que  pudiera pasar, lo de menos era disculparse con el pelirrojo, el mayor temor era a la reacción de cierto Chacal... Podría decirse que tenía bastante suerte o simplemente por obra del destino que el Chacal no fuese quien abrió la puerta.

Sentía los pulmones estrujarle mientras su respiración se volvía acelerada.

Los bellos ojos color ámbar miraban con sorpresa y un tanto de temor y tristeza a la mujer quien no dejaba de observarle con los ojos cristalinos y una que otra lagrima derramar y manchar su mejilla.

- Rookie... Yo... - Las palabras se estancaban a través de un nudo invisible en su garganta creado por sus nervios y el miedo.

Los ojitos ámbar de Rookie miraron de reojo a un lobo de ojos Marrón de mayor estatura, seguramente 20 centímetros mayor a él, y 15 años mayor a los de la loba pelirroja.

- Quiere hablar contigo - Rompió el incómodo momento - Soy Ethan, un amigo de Brithany

El menor estaba tan asustado y confundido por la inoportuna visita de la mujer que un día pronunció  no querer volver a verle, pero tenía cierta curiosidad por saber el motivo de aquella visita, se sentía incómodo con la mirada que la mayor le dedicaba mientras le observaba de pies a cabeza.

Una vez en aquella sala, el silenció gobernó dando una situación incomoda mientras la mujer temblaba internamente en busca de sacar las palabras correctas.

- Y... ¿A qué... de que... quiere hablar? - se sentía tan nervioso que podía sentir que pronto se desmallaria.

- Y-yo... Perdón - El Tic-Tac del reloj resonaba fuertemente - No... No me comporte como debió haber sido... Hace un año y medio... Lo que ocurrió en el departamento... No era mi intensión...

Rookie la escucha atentamente, sus ojitos se cristalizaban con los recuerdos de aquel evento, juraría que podía sentir plasmada en su mejilla aquella cachetada, podía sentir aún su corazón quebrarse.

- Perdóname... Por favor, perdoname... Después de lo que ocurrió... Intenté de mil maneras en buscar la manera de como arreglar mi error... De como venir hasta a ti y pedirte... Un perdón... Una oportunidad de... Volver a ser lo que siempre fuimos... Una hermosa familia, pero no tenía el suficiente valor de decir cuánto lamentaba mis crudas palabras.
Era el miedo... A estar frente a aquel Chacal... E imaginar su reacción y que no me permitiera acercarme a mi único sobrino.

- El día de tu boda... Quería ir a verte en verdad, pero me sentía tan cobarde... Después de segundos, me atrevi a ir... Pero me volvía a sentir terrible, una vez que te vi abrazado por el... Aunque debo admitir... Que te veías bien al lado de aquel Chacal... Quería gritar... Que me encontraba orgullosa... Decirte... Una y mil veces cuánto lo sentía... Cometí un error, sin darme cuenta que a su lado, te veías feliz, que no habría más cosa en tu mundo más que él... Y si el te hace Feliz... Yo... Yo lo voy a comprender

Los sollozos llamaron la atención a una loba que se mantenía cabizbaja, no tenía la valentía de mirar fijamente a los ojos de aquel joven. Decidida, miro a un joven lobo con las lágrimas que mojaban sus mejillas y un intento de secarlas con las mangas aquella sudadera.

- Siempre... Siempre lo he hecho - A pesar de su baja y triste voz, logró entenderse sus palabras - Yo la he perdonado, desde hace tiempo

Fueron las palabras necesarias que la mujer pudo escuchar para dejar salir su llanto y una que otra leve risa, mientras se lanzaba a los brazos de aquel lobo que ya era todo un buen hombre, Ethan, un lobo gris de toques blancos solo miraba espectante y con una sincera sonrisa a ambos. Especialmente a su compañera que por tantos años le lleva escondiendo un sentimiento que va más halla de una simple amistad.

- por cierto... ¿Y .... Tu esposo?, Es raro no verlo hoy contigo - mientras se separaba de aquel abrazo volviendo a sentarse al otro extremo del sofá tratando en secar también las lágrimas

- Él, no esta... Regresa a casa, en media noche... Trabaja en un restaurant - poco a poco se calmaba.

- Te cuida bastante... La última vez que te vi... Te veías un poco delgado.. has subido un poco de peso jeje

Sintió una corriente eléctrica realmente terrible e inmediatamente acariciar su vientre comenzando a sudar frío.

- No ... No es eso... Es ... Otra cosa - Aquellas simples palabras quitaron la leve sonrisa  a la mujer cambiando a una preocupada.

El silenció volvió en aquella sala mientras la luz del día se esfumaba quedando solo las luces de la cocina y las lámparas de la sala al ya caer la noche.

Todo volvía a ser incómodo, hasta que alguien volvió a romper el hielo tras analizar cada movimiento del Lobo.

- ¿Cuánto llevas chico? - aquellas pregunta saco la curiosidad y duda, dejando en un corto Shock mental a la loba quien miro a su compañero para después mirar a su sobrino otra vez.

- Cinco meses

- Cinco ... - y el sonrió dándole tranquilidad - Que bien, es bueno, Felicidades

Ella aún confundida decide cortar la distancia y acercarse de nuevo a el, suponiendo una cosa queriendo confirmarla

- ¿Puedo..? - asintió apartando sus manos para poco después sentir el tacto de aquella mano. Nuevamente se formaba una sonrisa en el rostro de la mayor - Me siento tan feliz por ti

Y una pequeña, pateo totalmente Feliz en el vientre de su madre/padre.

Mi Pequeña Scarlett Donde viven las historias. Descúbrelo ahora