Capítulo 5

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El día empezaba tranquilo. El sol entraba por la ventana dejando pequeños rayos de luz en la cama morada de Akali. Con un perezoso bostezo se despertó. Miró a su alrededor en busca de su reloj digital y vio que marcaba las ocho de la mañana. Se sorprendió al haber despertado tan pronto un sábado aunque le atribuyó el mérito a la rutina. Llevaba ya un mes en el Royal y todo parecía ir cogiendo su rumbo.

Estaba muy agradecida de tener amigos tan agradables y buenos pero sobretodo de Ahri que se había convertido en su mano derecha. Le ayudaba y aconsejaba día a día sin ninguna queja. Aguantaba sus dramas y la tranquilizaba cada vez que Evelynn le alteraba, lo cual últimamente sucedía muchas veces. No había día que la más alta no hiciera algo para enfadarla. Si no le tiraba los libros por el pasillo, le daba con la bandeja del comedor o si no, le acorralaba en los vestuarios. Siempre encontraba algún momento del día para molestarla. Akali ya tenía asumido que hiciese lo que hiciese no iba a dejarle en paz, por lo que intentaba tomárselo con calma e ignorarla la mayoría de las veces. Eso hacía que los ojos de Evelynn ardieran en rabia y que Akali se quedara con una gran sonrisa de orgullo.

Por lo que concierne a Kayn, todo iba bien entre ellos. Odiaba tener que admitirlo pero sí que se aburrió en la cita con él. Le llevó alrededor de los jardines y por las grandes torres que había en el castillo. Todo lo que vio ya se lo había enseñado Evelynn. Aún así, aunque la conversación fuera un poco aburrida e incómoda, aprendió un poco más sobre él. Kayn se quería dedicar al baloncesto profesional. No era el mejor académicamente aunque se las apañaba para pasar siempre con una nota decente. Se dedicaba en cuerpo y alma al deporte, cada día hacía entrenamientos extras con tal de fortalecer su cuerpo. En el primer partido oficial que se disputó la semana pasada fue a verle un ojeador pero hasta ese momento no había recibido ninguna noticia.

El partido del equipo de baloncesto femenino se disputará esta semana el jueves, Akali no podía esperar. Estaba contentísima y a la vez emocionada. Tenía ganas de darlo todo en el campo y demostrar a los ojeadores que era una buena elección para sus universidades. Se había adaptado fácilmente al equipo. Irelia era una gran entrenadora, no perdía el foco y siempre tenía una buena estrategia preparada. Le habían dado la posición de base, Riven era pivot. Ashe y Katarina eran alero, se iban turnando para jugar dependiendo de la jugada, Vi era ala-pivot y Sivir escolta. Todas tenían sus posiciones bien aseguradas y se movían como una. La aceptaron como a una más en cuestión de segundos incluso cenaban juntas luego de los entrenamientos para comentar los partidos. Akali sobretodo admiraba a Irelia, tenía una mirada profunda que parecía analizar hasta el más pequeño detalle. Parecía no perder nunca el control excepto cuando se topaba con Syndra, la entrenadora de las animadoras. La pelinegra recordó como hace dos días se le escapó el balón a Vi y fue a parar a la pila de las animadoras. Dió sin querer a Seraphine la cual chilló y desestabilizó la pirámide que estaban formando Ahri, Kai'sa y Evelynn, haciendo que la última cayera sobre la colchoneta de espaldas. Por un momento, sintió preocupación por si la más alta se encontraba bien. Rápidamente vio cómo se levantaba colocándose bien la ropa y murmurando por lo bajo. Se relajó un momento cuando confirmó que estaba perfectamente. Duró un solo segundo ya que se escuchó un gran grito por todo el pabellón. Syndra se plantó delante de Irelia mascullando sobre la inutilidad de su equipo que había dejado pasar esa pelota y que por algo así podría lesionar a su mejor atleta. Irelia contrarrestó las quejas diciendo que nadie se debería asustar de esa manera por un balón. Ambas parecían en llamas, se miraban profundamente a los ojos. Se podía notar la tensión desde cualquier punto de la sala. Todos estaban en silencio, solo se escuchaban las quejas entre ellas y su interacción. Al final se le pasó cuando Eve fue a buscar a Syndra diciéndole que no pasaba nada que estaba todo bien.
Esos eran los pocos momentos en los que veía a Irelia perder el control. Solo con Syndra. Ahri le bromeó luego que se rumoreaba que tenían tensión sexual no resuelta y al principio le pareció gracioso pero tras pensarlo unos segundos tampoco le parecía un rumor tan disparatado. Solo había que ver cómo se miraban.

El corazón Púrpura (Evelynn x Akali)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora