002

954 129 48
                                    


 ❝ [cap 002] ❞

✃- - - - - - - - - - -

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

✃- - - - - - - - - - -


━━━━ Vuelvo a mi habitación después de mi agradable charla con mi hermano. No ha cambiado nada en absoluto. Sigue siendo un gilipollas.

Oigo como cierra la puerta con fuerza. Me cuestiono el porqué de su visita, pero supongo que como dijo él, había venido a ver a madre.

Me vuelvo a tumbar en mi cama cogiendo los cascos para escuchar música cuando escucho a mi madre salir seguida por el hombre que supongo que estuvo. Escuché risas tontas y después un golpe seco. Me asuste y salí corriendo a ver qué había pasado.

Me encontré a mi madre con una sartén en la mano y al hombre tocándose la cara gruñendo de dolor.

—Fuera—le ordenó mi madre todavía agarrando la sartén. Este miro a mi madre con el ceño fruncido para después mirarme a mi. Le miré con asco, después se marchó.

—¿Qué ha pasado?

—No importa—dijo mi madre dejando la sartén.—Hazme el favor de prepararme una tila.

—Tendrás que hacértela tú, me marcho—contesté cogiendo las llaves de casa.

—¡Tu no te vas! Haz lo que te digo—me ordenó mirándome enfurecida.

—Adiós—cerré la puerta con fuerza, dejando claro que ya no me podía controlar.

Camine varias calles sin rumbo. Hoy era domingo y era el único día que no trabajaba. Saqué mi móvil del bolsillo y me puse unos cascos. Estuve andando por un tiempo hasta que mis piernas decidieron que ya había andado suficiente. Llegué a un parque, donde pude localizar a la última persona que quería encontrarme.

Allí estaba Robby, con sus amigos haciendo cualquier mierda. Cuando me quise dar cuenta estos miraban hacia mi dirección. Robby se levantó del banco que estaba sentado, dirigiéndose hacia mi.

Salía de mi casa para estar tranquila y justo tenía que encontrar a mi hermano. Me di la vuelta caminando rápido, por desgracia Robby me alcanzó.

—Hola.

—Adiós.

—Necesito hablar contigo.

—Que pena, estoy ocupada—comente subiendo la música de mis cascos.

—Estuve pensando—empezó a hablar poniéndose delante mío, frenandome.— Me he dado cuenta que he hecho las cosas mal y creo que puedo no se....

—No lo digas—dije interrumpiéndolo bajando la música de mis cascos mirándole.—No me digas que vas a cambiar, que vas a ser un buen hermano.

RAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora