Capítulo 2 -Haciendo el amor

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Su jefe durmió con su brazo alrededor de ella sobre ella, tenía una sonrisa en su rostro.

-¡Tan divino! Pero ¿Betty volvió loca? ¿lo que hizo?

¿Cómo pudo hacerle el amor a don Armando?

Betty se hizo a un lado y Armando volvió a atraparle con el brazo. Tenía un rostro relajado y una sonrisa. Estaba completamente dormido.

Betty sonrió, aunque estuvese passada de tragos, lo recordaba bien

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Flashback

Armando le sirvió otro sorbo.

-¡Vamos, Betty! ¡Acompañeme! ¡Es una orden!

Los dos rieron.

-Oh, necesito, necesito sentarme! - dijo Armando - ¡Un rato más y te llevare a tu casa!

-¡Oh don Armando! -Riendo -Tendremos que ir en taxi los dos ¡No podrás conducir así! -ri -No veo

-¡Nada, Betty! Estoy acostumbrado. ¡Verás! ¡ayúdame! ¡Estaré despierto y consciente en un instante! - dijo sosteniendo a Bety del brazo y luego, poniendo su brazo alrededor de su cintura para darle apoyo.

Pero, por supuesto, la forma en que fue tomado por el alcohol no pudo susternerse. Y asi terminó derribando a Betty también. Terminaron cayendo al suelo. Casi uno encima del otro. Lo que les hizo reír. Especialmente cuando intentaron levantarse y fallaron. Haciéndolos reír aún más, apoyados el uno en el otro en el piso de la oficina de presidencia.

-¡Oh, Betty! ¡Que pena con usted, señorita! ¡Te ayudare a levantarse! -dijo Armando, sentándose en el suelo, dándole la mano para que se levantara del suelo.

Pero, Betty estaba aún más mareada, no pudo hacerlo y terminó cayendo en el regazo de él.

Los efectos de la bebida, la risa, los mareos fueron pocos. Sentada en el regazo de Armando y sin poder levantarse, los dos se rieron y rieron. Abrazados, se miraron y sin poder explicar, Armando envolvió su brazo alrededor de la cintura de Betty y el otro en su hombro y la atrajo hacia él.

En este punto, Beatriz ya no sabía si era un sueño o una realidad y abrió la boca. Luego, mirando a los ojos de la assistente (que en ese momento no sabía dónde estaban sus lentes) la besó. Betty, lo abrazó por el cuello y le devolvió el beso. Todo sucedió en segundos entre el final de la risa y el comienzo del beso que se profundizó hasta que quedaron acostados, besándose, vestidos uno sobre el otro. Betty no creía lo que estaba pasando: su amado jefe estaba encima de ella besándola en el piso de la sala de presidencia. Debía de estar demasiado borracho y necesitado para besar a uma fea como ella, pero ella tampoco Iba a decir algo. Al contrario, le proporcionaría los besos más dulces y amorosos que jamás hayas probado.

Continuaron besándose por un rato. Pronto, los besos que comenzaron con un roce, se volvieron calientes y desesperados. Estaba acostado sobre su asistente y ella lo abrazó y lo besó com mucho gusto. Lo único que los separaba era la ropa gruesa que vestía y la suya propia. Empezó a sentir calor y sudor. "¿Podría ser que incluso su fea santa asistente le resultara irresistible? Hasta ella se rendiría a sus caprichos? Pensé que Beatriz podría ser inmune a mis encantos. Quizás fría y asexual. ¡Pero no! ¡Cómo besa rico esta Betty!"

Olió fruta fresca, el olor de la feminidad de Betty. De repente, su ropa comenzó a estorbar. En ese momento, lo que menos importaba era si era fea o no.

"Huele bien, besa bien, hace calor. ¿Me quieres, Betty?" -lleno de malos (o buenos) pensamienos cerca de sua asistente.

Armando empezó a recorrir su cuerpo com las manos, tratando de ver un espacio en esa ropa, Betty respondió alisando su espalda.

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