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— Y así sería el plan... ¿Me ayudarían? —  al terminar de contarles como le daría la sorpresa a Joaquín en la que ambos chicos lo ayudarían (o eso esperaba), se sienta en la cama con Louisa en brazos

— Por supuesto que sí, Milio...

— ¿Creen que le guste la idea? —  pregunta un rizado nervioso después de dejar a Louisa en la cama y acomodarle la playera, que sería la sorpresa que le daría a Joaquín, los mira esperanzado

— Le encantara, te lo puedo asegurar —  le dice el italiano viendo a Louisa con ojos casi cristalizados —. Felicidades, Emilio... Serán los mejores padres para el bebito que viene en camino

—Gracias, Gian... — sonríe sintiendo las lágrimas de nuevo correr de sus ojos

— Emilio, con tus lágrimas ya le haces un mar a Bolivia... Por eso llorabas tanto, además de bueno... Todo el problema aja. Ven —  lo abraza tratando de consolarlo y se permitió llorar más —. Bueno... Te dejamos para que tengas un momento. Trata de descansar un poco, fue un día lleno de emociones para ti — rato después, se separa y al dejar un beso en su cabeza, ambos amigos salen del cuarto para dejar al rizado y a su pequeña a solas

Suspira sintiéndose aún contento por aquello. Obviamente primero arreglarían sus problemas y si todo termina bien, le daría la sorpresa con Louisa... Sí, todo tendría que salir perfecto.

Al quitarle la playera a su pequeña, se la cambia por una lisa y la prepara para dormir. Le pidió a Gian que le dijera a Nova si podría regresarle a su pequeña, asegurando que todo estaba bien y que la extrañaba...

Luego de alimentar y jugar con ella disfrutando el momento, ambos terminaron rendidos en la cama, quedándose poco a poco dormidos...






Al día siguiente...

Emilio siente unas pequeñas manos sobre su cara, haciéndolo reír y despertar poco a poco... Ve a su pequeña a su lado sentada y palmeando sus mejillas riendo

Buongiorno, Emilio... Ayer no bajaste ni a cenar ¿estás bien? — pregunta Mar confundida sentándose a su lado y mirándola un poco preocupada

—Todo bien, Mar... Uhm, bajaremos ya a desayunar

—Lou ya lo hizo, sólo faltas tu... Mira, vamos y si quieres me cuentas un poco

Asiente emocionado y bajan a pasos lentos yendo a la cocina. Al llegar, toman asiento frente a frente comenzando a comer un poco lento. El aroma a canela que emanaba el hogar de la castaña le estaban dando un poco de nauseas, pero no se lo diría.

—Mare, quiero agradecerte por haberme dado un hogar en lo que reflexionaba sobre lo que nos deparaba a partir de hoy... — le cuenta llevando una mano a su estómago ahora un poco abultado y sonríe al notarlo hasta ahora —. Además ya no quiero seguir causándote más molestias

—Cariño, por mi te puedes quedar a vivir aquí si es necesario — ambos ríen sabiendo que sería cierto —. Les deseo el mejor de los éxitos para esta nueva etapa... Los quiero mucho y saben que aquí tienen una amiga que los ayudará en lo que pueda. También sé algunas cosas, por si necesitas consejos o ayuda...

—Gracias, Mar... — se levanta y se acomoda a su lado, abrazándose en forma de despedida —. Sólo iré a tomar un baño y ya me iré

Mar lo deja irse y el rizado se encamina hacia la habitación, obviamente primero limpiando el desastre que causó en su tristeza, para luego bañar y arreglar a Louisa y finalizando por él mismo, acomodándose aquella enorme chaqueta gris para cubrirse.

Sᴇɴᴢᴀ ᴀᴠᴇʀᴛɪ ɪɴᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ  ➟ 𝗲𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮𝗰𝗼 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora