¿QUE YO QUE? ***TERMINADA***

CAPÍTULO FINAL

- ¡Te lo dije! – Patrick fue el primero en enterarse cuando acudió a una consulta al hospital infantil – te dije que ese hombre estaba loco por ti, ¿Qué le vas a responder?

- No lo sé – apretaba su vaso de café un poco, la verdad no sabía que hacer

- No entiendo...

- Hay muchas cosas en juego Pat, la vida de mi hijo está aquí, la mía, mi trabajo, sus amigos...

- ¿Qué te hace pensar que debes ser tú el que se tiene que mudar?

- Él no lo va a hacer...

- ¿ya le preguntaste?

- ¡cómo iba a hacerlo si me dijo que no quería una respuesta en ese momento!

- Déjalo todo, lo amas, te ama y tu hijo está loco por él, ¿no crees que valga la pena?

- ¿y qué?, ¿vuelvo a empezar allá? ¿Voy a Grey Sloan Memorial a pedir un lugar y comienzo de nuevo? ¡No! Luche muy duro para llegar a donde estoy, soy importante aquí, los padres me buscan por mis investigaciones, salvo a muchos niños, - no dejo que su cuñado lo interrumpiera – sé que haya también salvare vidas, pero tendré que empezar de cero y no quiero

- ¿vas a dejar pasar la oportunidad de ser feliz con el hombre que amas el único que has amado y que además es el padre de tu hijo?

- Si, si eso significa tener que sacrificar todo lo que he ganado aquí

Esas dos semanas fueron muy estresantes para él, no pudo inundarse de trabajo por estar pensando en la propuesta de Nico, solo se concentraba cuando atendía a sus pacientes, pero solo al terminar volvía Nico a su cabeza. En esas dos semanas Nico no le llamo, no le mando mensajes, ni siquiera cuando hablaba con su hijo él se ponía al teléfono. Lo sabía, le estaba dando su espacio.

Era el día que regresaban, su día libre además y se encargó de preparar la comida para los tres. Como el remolino que su hijo es entro por la puerta principal para buscarlo y arrojarse a sus brazos, Levi lo recibió con muchos besos en su rostro.

Nico al ver la escena suspiro, la primera vez que vio a Levi recibir a su hijo después de regresar de sus vacaciones se dio cuenta que el más bajo se quedaba solo y triste, tantos años siendo solo ellos dos y ahora lo tenía que compartir con él, definitivamente era un golpe duro también. Por eso y por lo que sentía por él se le había confesado.

Cenaron después de que el niño desempacara sus cosas y Nico acomodara las suyas en la habitación que ocupaba cuando se quedaba con ellos, Krist no paraba de parlotear sobre lo que hizo con sus abuelos, lo que su padre le enseño y todo lo que habían hecho. A Krist le encantaba que Nico le contara de su trabajo, así como lo cuestionaba a él. Toda la escena le gusto.

Una vez mandaron a dormir al niño, ambos se quedaron en la sala a conversar... había llegado el momento.

- ¿Pensaste en lo que te dije? – asintió - ¿Cuál es tu respuesta?

- No lo sé Nico...

- Ya no me amas, ¿cierto?

- No es eso – parecía sorprendido el moreno, pero supo disimularlo – nunca deje de amarte, Krist no me lo permitió, pero...

- Sé que hay muchas cosas que hablar, pero si solo me dices que sí, que quieres estar conmigo todo lo demás será más fácil de resolver, es solo que me digas que me amas y que quieres envejecer conmigo – tomo su barbilla y lo acerco a él, esos labios que lo debilitan de nuevo

- Nico... – suspiro su nombre al terminar el beso

- Si lo que te preocupa es que serás tú el que sacrifiques todo, descuida...