Reylo

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Tenía 6 meses viviendo con Rey, realmente nunca creyó que fuera una buena idea pero un incendio en su departamento hizo que ella le ofreciera vivir en su pequeña casa y Hux le dijo que no lo aceptaría en su departamento para ver si ya tenía el valor de decirle a Rey lo que sentía por ella.

Era temporal él buscaría un departamento quizás dos o tres semanas máximo esa era la mentira que se dijo cuando acepto y la que se repitió las primeras semanas mientras estaba en el pequeño cuarto que ella le prestaba, pero ahora no podía irse, sentía que ese era su lugar, tenía tantos años de no sentirse así que ahora que tenía esto no podía dejarlo.
Amaba la rutina que tenían, él preparaba el desayuno y ella preparaba la cena, bueno preparar es un decir ella pedía la cena, pero esos momentos juntos dónde platicaba su día y veían una película, era su parte favorita.

Aún recordaba el día que él se dió cuenta que la amaba, fue como si un rayo lo hubiera partido a la mitad, ella había llegado al lugar donde trabajaba, tenía un proyecto muy importante y no se dió cuenta de la hora. Rey se apareció ante él, con su comida favorita, después lo acompañó por un rato hasta que ambos regresaron a su departamento, ese día supo que la amaba a pesar de que solo eran amigos, que no era un tonto enamoramiento, él la amaba a pesar de que ella no sintiera lo mismo.

Los días en los que Ben llegaba temprano del trabajo la iba a esperar a la estación de trenes para caminar juntos y hablar de todo, algunas días se compraban un helado o pasaban por la cena. Había días en los que Ben sentía que ella también lo amaba de la misma manera, pero había otros que eran los más frecuentes que ella lo trataba igual que a sus otros amigos, así que tomo una decisión hoy le diría tenía que hacerlo, ya no podía seguir alimentando una amor que jamás sería correspondido o seguir perdiendo el tiempo si es que ella se sentía igual que él, eso lo llevo a estar en la estación de trenes esperando por ella, debido a sus nervios no se dió cuenta que el cielo se oscureció y tampoco se dió cuenta de la tormenta que empezó a caer.
Le mando un mensaje a Rey preguntando dónde estaba, ella respondió que había llegado a su casa.
Quizás era una señal de la fuerza y está era su respuesta, corrió bajo la lluvia, llegando empapado al hogar que compartían, apenas le dió un saludo para ir corriendo a cambiarse de ropa y así evitar un resfriado.
Esa noche no salió de su cuarto solo se dió un baño y se durmió, su mente le decía que tal vez era lo correcto el no haberle dicho nada, pero si corazón ese traidor le pedía que hablara con ella.
A la mañana siguiente escucho un pequeño golpe en la puerta.

- ¿Te sientes bien? - la voz de Rey se oyó tras la puerta, siempre tan dulce y considerada- ¿Puedo pasar?
-Si, pasa, solo creo que tengo un resfriado- estaba aún recostado en su cama y abrazando una almohada quizás no era la mejor postal para decir que estaba bien.
-No te creo, voy por el termómetro -Ben solo pudo asentir.
Ella regreso enseguida con pastillas para la fiebre y le puso el termómetro, ella espero un poco a su lado, mientras le dedicaba hermosas sonrisas, esperaba que la fiebre no le hiciera decir algo de lo que se podía arrepentir.
-Tienes 39 de temperatura, prepararé un caldo de pollo, tomate las pastillas, te traeré un té.
-Gracias- Quizás solo quizás ella también sentía algo más que la amistad que los unia.

Rey podía ser alguien que no permitía que se metieran en su corazón, quedar huérfana tan pequeña hizo que ella fuera un poco dura, pero Ben tenía algo que hacía que ella no pudiera evitar que él entrará, es más podía decir que ella no se dió cuenta cuando el entró en su corazón, todo con Ben era fácil tanto que muchas veces la abrumaba.
Desde antes que vivieran juntos su relación era muy diferente, había tenido amigos, pero él era diferente, sabía que podía contar con Ben para lo que fuera, que siempre estaría ahí y realmente ella quería estar ahí para él también.
Lo amaba aunque le diera miedo admitirlo. Solo que no sentía ser apta para ese amor, tan entregado, tan puro, sin miedos y sin reservas, ella sabía que Ben creía en el amor para toda la vida. Quizás debía decirle que ella no sabía querer de esa forma, que le daba miedo hacerlo, pero no estaba preparada para su partida, no cuando se iría y la dejaría sin nada, era egoísta y mucho, pero Ben era esa isla de calma que siempre estaba para ella. Entonces dos días después de solo un pequeño resfriado al parecer todo volvía a la normalidad o al menos lo más normal que puedes ser cuando estás enamorada hasta los huesos de tu mejor amigo pero te da pánico que todo se vaya al infierno si algo sale mal.

-Si ya está mejor-Ben oyó la voz de su amiga, mientras se acercaba a la cocina para despedirse de ella antes del trabajo.
- Rose, ya hablamos de eso, solo somos amigos, no siento nada más por él -
Si darse cuenta que la amaba se había sentido como un rayo, el tener la certeza de que ella no lo amaba se había sentido como congelarse en vida, de repente todo lo bello que tenía se había ido, alguien había llegado y lo había arrancado con tanta fuerza que se había llevado también su corazón, apenas supo cómo llego a su cuarto y se volvió a recostar, al final si había perdido todo.

Cuando ella fue a su cuarto a despedirse, no pudo hacer otra cosa más que fingir dormir para evitar confrontarse a todo lo que sentía. Ella no tenía la culpa de que él se hubiera enamorado, ella no tenía la culpa de que él fuera un iluso.

De repente esos 6 meses viviendo juntos se sintieron como su peor error. Tenía sentimientos por ella desde antes pero el verla diario y compartir una rutina, hizo que todo lo que sentía se volviera más sólido y fuerte. Así que tomo una decisión, se tenía que ir, quizás en algún tiempo, regresaría , quizás en algún tiempo ya no la amaría igual, aunque sabía que era imposible. Decidió que le dejaría una carta,quizás no era la mejor opción pero era lo único que podía hacer.

Con sus maletas listas en la puerta, trato de apaciguar un poco el dolor, tenía tanto tiempo sin sentir ese vacío que ahora creía que era más profundo.

-¿A dónde vas? - ella está paraba en la puerta, su rostro realmente confundido lo hizo entender que esto no sería fácil-¿Es un viaje de negocios apenas te estás recuperando?

-Rey, me tengo que ir, abuse de tu hospitalidad, no quiero causar más molestias.
- ¿Tienes fiebre?-ella se acercó para tocarlo pero Ben lo impidió.
-No, solo que me he dado cuenta que me aproveche de nuestra amistad, así que me voy, te deje un cheque por los gastos, también pague los servicios de este mes.
-No te estas aprovechando, me gusta tenerte aquí, además para que están los amigos -si esa maldita palabra, amigos, solo amigos.
-Si, amigos, me tengo que ir, de nuevo Gracias por todo -Ben paso a lado de ella, no podía ni quería dar más explicaciones. Ella tomo su mano para detenerlo.
-Dime la verdad ¿Por qué te vas?
-Ya te lo dije-volvió a caminar y ella volvió a detenerlo.
-Ben, te conozco y no me estás diciendo la verdad.
- Es la verdad, esa es la única verdad que importa.
-Dímelo y no te portes como un maldito adolescente haciendo berrinche, por la fuerza, te ibas sin explicación, sin despedirte y quieres que crea que todo está bien, dime la verdad Ben.
-Quieres saber, ok está bien, Me voy porque estoy loco por ti, estoy tan jodidamente enamorado de ti, que me duele el alma al saber que no sientes lo mismo, estar cerca fue un error - esperaba una respuesta pero lo único que hubo fue un silencio que le calo en el fondo de su corazón.

Ella se quedó quieta sin saber que decir, la amaba, a ella que provenía de la nada, a ella que no tenía nada, ni era nada, la amaba. Apenas pudo reaccionar cuando oyó el ruido de un auto, salió para detenerlo pero él ya se había ido.De repente todo a su alrededor se hizo más obscuro, todo se había derrumbado, sus malditos miedos le habían impedido reaccionar y decirle que ella también lo amaba. Esa casa era más fría sin él, sin su risa. Las lágrimas salían de sus ojos sin que ella pudiera detenarlas. Lo único que se le ocurrió fue marcarle a Rose para aligerar el dolor.

Rose llegó y abrazo a su amiga que estaba llorando como si hubiera perdido todo.
-Se fue y no se a dónde, Rose, me dijo que me amaba y no pude decir nada,me quedé paralizada y solo se fue, ya lo llame le mandé mensajes, pero no me contesta,Rose, yo lo amo pero tengo miedo.
-Miedo a qué Rey, él te quiere, se nota a kilómetros de distancia.
-Miedo a qué se vaya, así como ahora, miedo a no saber cómo responder al amor que me da, siempre me voy antes de que las personas se vayan, para no sufrir su ausencia, pero ahora siento que estoy tan sola.
- Lo encontraremos y le podrás decir que lo amas, ambos se aman, lucha por ello.
- No me contesta, en su oficina tampoco saben nada, quizás es lo mejor, se que él merece a una persona que lo ame de la misma manera, no con miedos y reservas.
- Y tu puedes amar sin miedos ni reservas, yo los he visto, deja de pensar que no mereces que te amén de esta forma porque lo mereces y si el te ama, no lo dejes ir.
Rose envolvió a Rey entre sus brazos, pensando en como ayudarla ella conocía a pocas personas que sabrían la ubicación de Ben y aunque los términos en los que estaba con él no eran los mejores haria lo que fuera para que Rey estuviera mejor y eso implicaba hablar con Armitage Hux.

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