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Era obvio que JungKook me gustaba, de hecho siempre me gustó aunque me tratara así.

Quería ser la chica perfecta para él aunque tuviera que morirme de hambre para eso, la anorxía y bulimia no son fáciles aunque creía que sí...

llevo un mes ya con esto y realmente logré bajar bastante, como unos 8 kilos, sé que no es nada saludable pero la gordura tampoco lo era y a demás ser flaca se veía mejor así que claramente iba a tomar este camino que realmente me estaba sirviendo.

Como todos los días fui al colegio y me encontré con Jungkook y él no paraba de mirarme, estaba bastante feliz por eso, se me notaba por la gran sonrisa que tenía plasmada en el rostro pero cuando él se me acercó actué como si no me hubiera dado cuenta de sus miradas.

-Hola- dijo con una voz media apagada

-¿hola?- le contesté algo confundida ya que él últimamente se había decidido por no dirigirme la palabra

él solo se dio la vuelta y se sentó tal vez solo quería saludarme y yo que creía que iba a alagar mi físico que claramente se notaba mejor.

en medio de una clase la profesora me pidió que le llevara unos exámenes al director por lo que me levante y se los llevé pero a mitad de camino perdí el equilibrio y caí al piso, como pude me levante algo atontada.

_ ¿estás bien?- preguntaron al unísono unos gemelos de un curso mayor.

-si si, gracias- contesté.

Después de eso volví al aula y seguí con mi día normal de clases hasta que tuve que volver a mi casa, raramente acompañada por Jungkook, no hablamos durante el camino solo quiso acompañarme y por supuesto no me negué, después de todo estaba teniendo una buena actitud conmigo.

entre a mi casa y fui a mi cama, estaba realmente hambrienta por lo que me obligue a dormir para no tragar nada y luego tener que arrepentirme

me enamore de un idiota jungkook y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora