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La dulce risa de su hijo sonaba por todo el salón a pesar de que el pequeño se encontrara en los jardines con una de las criadas

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La dulce risa de su hijo sonaba por todo el salón a pesar de que el pequeño se encontrara en los jardines con una de las criadas. El pobre hombre ya no sabía que más hacer, pues desde hace ya unos meses su hijo se encontraba hablando a la nada o jugando con mariposas inexistentes; le había llevado a uno de los mejores especialistas infantiles para que lo trataran, pero todos decían lo mismo: "es normal para los niños tener amigos imaginarios, todos los hemos tenido al menos una vez".

Siempre le decían lo mismo, pero él sabía que no era normal tener amigos imaginarios a los doce años. No presentaba signos de autismo o alguna otra enfermedad, el pequeño había nacido milagrosamente con la mejor salud que cualquiera podría admirar. Había sido un milagro.

Pensaba que al llegar donde su mujer aquel día, y encontrarla con varios disparos por el cuerpo, ya sería tarde para salvar a alguno de los dos. La policía ya estaba en aquel lugar inspeccionando los actos, la ambulancia estaba recogiendo el cuerpo de su pequeña mujer. Las peores imágenes a sus ojos le quitaron la esperanza de cualquier milagro o ganas de vivir, había perdido todo. Pero al ser atendido en el hospital le dieron la mejor noticia aquel sangriento 5 de febrero: su hijo estaba a salvo, milagrosamente habían podido sacarlo vivo. Había estado luchando por la vida de él y de su madre dentro de aquella bolsa.

-Señor Choi.-La voz de su secretario le hizo volver a la realidad.-Señor Choi tenemos que irnos, su reunión es a las diez.-El Joven padre asintió un poco y dirigió la mirada a su hijo.

-Taehyun.-El llamado de su padre le hizo reaccionar y dirigir la vista que tenía en la criada hacia su padre.-Me tengo que ir.-Una sonrisa salió del rostro del mayor al ver el pequeño puchero de su hijo. El infante corrió a los brazos de su padre abrazándolo con fuerza.-Volveré pronto.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.-Pasó una mano suavemente por los cabellos marrones del chiquillo.-Y veremos un maratón de Bob Esponja, ¿Te parece?-El pequeño sonrió y abrazó a su padre antes de que le dejara en el suelo de nuevo y desapareciera por la puerta de la mansión junto a su secretario.











Había pasado toda la mañana jugando con aquellas niñas que siempre se escondían en su jardín, pero la hora de comer le interrumpió su juego con sus amigas. Estas habían hecho olvidarle sobre su padre, un agradable joven que irradiaba luz y amor, pero su recuerdo le había llegado como un golpe de tristeza. Hoy su padre no había llegado a la hora de comer, como siempre, y le tocó comer solo en aquella gigante mesa rodeado de sirvientes y sus niñeras.

No tuvo el mismo animo desde esta mañana para seguir jugando con sus amigas en el jardín, ellas seguramente se molestarían y empezarían a tirar sus cosas a la piscina, pero igualmente no quería salir de su cuarto, por más que las mujeres a su cargo le persuadían con dulces para salir. A él no le gustaban los dulces.

Liar•Be my angel [Tyuning] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora