Be My Valentine ❀ SeBaek/BaekHun

❀ Be My Valentine ❀

BaekHyun no tenía enemigos. Era, de hecho, una de las personas más amigables y fáciles de llevar que existían en el universo según todas las personas que lo conocían. Era un sol. Él le caía bien a todo el mundo con su carisma natural y sus buenas formas de tratar a la gente. Era alguien que lograba levantar el humor de cualquiera con unas simples palabras, y también podía aligerar ambientes tensos con su risa o sus ocurrencias.

No había nadie que no gustara de BaekHyun, y él lo sabía.

O bueno, había una sola excepción. Un detalle pequeñito. Una persona que casi era una manchita en su historial.

Desde que su vecino se había mudado al departamento que quedaba exactamente en frente del suyo en el pasillo del edificio, BaekHyun encontró que sí era posible que él le cayera mal a alguien. No había logrado hacer al hombre sonreír ni una vez, porque este solo lo miraba con una expresión más que neutra y se volteaba para marcharse a su apartamento sin siquiera responder algo.

La primera vez que BaekHyun había intentado conversar con su vecino de enfrente, la cosa fue más o menos así:

—Creo que te mudaste en el departamento que queda enfrente del mío. ¡Y hasta parece que tenemos la misma edad! ¿No es genial? —BaekHyun había alcanzado el mismo ascensor que el hombre, y ambos estaban subiendo juntos mientras el joven le llenaba las orejas a su vecino de palabras.

Su vecino, alto y rubio e intimidante como era, sostuvo las bolsas de las compras más cerca suyo, y dio un paso hacia la pared del ascensor, como queriendo alejarse de él. Sus mejillas estaban rojas y no había establecido contacto visual con él después de que sus ojos se hubieran encontrado por única vez cuando BaekHyun subió al ascensor.

BaekHyun no pudo evitar el ceño al no recibir la respuesta deseada de parte de su vecino, pero decidió no rendirse.

—Espero que nos llevemos bien. Si necesitas algo, cualquier cosa, como azúcar para el café o helado en medio de la madrugada, mi compañero de departamento y yo tenemos todo para un universitario en plena crisis de carrera.

Todavía sin respuesta, el ascensor se detuvo en el piso de ambos y su vecino bajó primero.

Carraspeando un tanto molesto por ser ignorado, BaekHyun continuó caminando detrás del hombre para ver si podía continuar hablándole, pero este parecía cada vez parecía caminar más y más rápido por el pasillo. Al final se quedó quieto un tanto triste por haber sido ignorado, viendo cómo este apuraba las llaves de su casa y entraba a toda velocidad.

Con un puchero, BaekHyun entró a su propio departamento y se encontró con KyungSoo. Lo saludó, un tanto desganado, y escuchó que KyungSoo le decía que había averiguado el nombre del vecino gracias al encargado chismoso: su nombre, era Oh SeHun.

BaekHyun aún no le había escuchado la voz al tipo.

Quería caerle bien, de hecho. Lo deseaba demasiado. Era extraño no lograr caerle bien a alguien, y la forma en la que SeHun lo ignoró era demasiado ofensiva. No fue la primera vez, por cierto: otras veces, lo ignoró de la misma manera.

Lo cierto era que BaekHyun había intentado ofenderse con él por pasar tanto de sus acercamientos amistosos, pero SeHun era demasiado guapo como para enojarse con él: tenía hombros anchos, cintura estrecha, piernas de dos metros de largo, un abdomen plano y trabajado, y unas manos venosas que BaekHyun había mirado por un poco más tiempo del permitido. Era guapo incluso de rostro, con rasgos firmes y una boca más fucsia que una rosa recién florecida; su cabello rubio siempre era un lío que daban ganas de rastrillar con los dedos, y sus ojos negros observaban a BaekHyun con la cautela de un gato.