𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦, merodeadores

remus lupin

[߷] REMUS LUPIN
capítulo adaptado
"pociones"
[ +18 ]

Pociones era la materia que Holly mas que nadie odiaba. No lograba entenderla.

Siempre era lo mismo, pedía ayuda
a su mejor amigo, Remus Lupin.

Ella no tenía mucho que decir de él más que le había gustado desde siempre. Lo típico, pero Remus solo tenía ojos para otras chicas, quien sea, menos ella.

Se miró al espejo, ojos marrones grandes, cabello negro casi recto como a ella le gustaba.

Lo que antes eran remeras inadecuadas ahora eran corpiños tejidos y camisas transparentes, faldas que se amoldaban a sus piernas bronceadas, típicas de Londres.

Era linda, según James y Sirius. Así que ¿Por qué no intentar algo con Remus?

Como decía su mejor amiga: actúa primero.

[...]

Remus ya había llegado hace unos minutos, ambos estaban en el cuarto de la chica.

— Entonces para lograr hacer... No me estas escuchando, Holly —dijo algo enojado con la chica al verla tan dispersa.

— Lo siento es que tengo algo en mi cabeza y no estoy segura de hacerlo —dijo mirándolo fijamente.

El se puso nervioso al ver su mirada tan seria y en cierta parte seductora, un escalofrío lo recorrió por completo acumulándose así en su parte baja.

Miro disimuladamente y lo encontró semi-erecto, chocando contra sus pantalones. La chica siguió su mirada y también lo contemplo.

Antes de que pudiera siquiera pensarlo, se subió encima del chico dejando una pierna de cada lado de sus caderas y sus centros calientes y húmedos rozando.

Remus entre abrió los labios jadeando por la tan satisfactoria sensación, pero este se quedó  ahogado en la boca de Holly, quien lo besaba ferozmente.

Este se dejó besar y acomodó sus manos tímidamente en su cintura.

Sus lenguas se rozaban entre sí pero el chico estaba claramente confundido, por lo que Holly se separó de él. Manteniendo su bocas cerca.

— ¿Quieres que sigamos? —dijo la chica en su oído con una voz grave y melosa.

Dejo un leve mordisco en el lóbulo de él para procederá dejar besos en su mandíbula cuadrara y su cuello de color pálido.

Comenzó un movimiento de caderas de adelante hacia atrás y en círculos, estimulando el miembro del chico.

— Si...—respondió el con voz temblorosa.