Bonita tu sonrisa
que luce a la luz de la luna,
oscura como la noche
y escueta en palabras,
lo dices todo
con cada mueca oscura.
Refleja tus pasos la lluvia
en los charcos que deja tras de sí
tu figura,
frágil y etéreo es tu andar
como el del funambulista
que camina por un abismo sin nombre
con su vista evitando la caída,
evitando dejarse engullir
por el remolino de la duda.
La historia mejor creada
deja huella escrita en ti;
en tu preclara mirada
dos perlas al Olimpo robadas
que imponen su ley en terreno impío,
dejan constancia de la voluntad
de las deidades tentadas
cada vez que su hija
la lluvia
las llora en silencio
y al amparo de sendas pestañas
que custodian el tesoro
sin confiar en nadie ni en nada.
Bonita eres cada mañana
que me regala el tiempo
a tu lado,
poesía que aguarda a ser recitada
y que desborda el corazón
cada vez que el mío
se mece protegido en tus manos.
