Fiesta.

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Una vez la ceremonia dio cierre, los recién graduados habían organizado una pequeña fiesta en donde festejarían el fin de su ciclo escolar. Jenell no era muy fanático de las fiestas pero quería utilizar esa excusa para poder pasar un rato más junto a Daeh por lo que se armó de valor para preguntarle antes de que él decidiese que era tiempo de volver a su hogar.

― mis amigos y compañeros van a hacer una fiesta en la casa de mi mejor amigo, ¿quieres venir?

el azabache juntó sus manos tras su espalda y jugueteó con sus dígitos al decir dichas palabras, esperando con nervios la respuesta del mayor.

― claro, suena bien.

el rubio esbozó una amplia sonrisa y acarició los cabellos del más bajo en un intento de calmar su nerviosismo, el cuál lo hacía notar tierno.

― ¡vamos entonces! nos va a llevar en su auto.

tomó la mano del mayor para dirigirlo hacia el auto de su amigo, dando pequeños saltitos de  emoción que no podía ocultar.

~ que lindo...

pensó el chico de rubios mechones al observar como sus manos se encontraban juntas y la emoción que traía el más joven.

― ¡por fin, creí que no vendrías! y traes a...¿tu novio?

el muchacho de cabellos rosados y vestimenta igual que la de Jenell, solo que con la camisa hacia afuera y la corbata desajustada, observaba a los chicos que venían caminando de la mano.

― ¡no es así, cállate!

el azabache sintió como si todo el calor de su cuerpo se dirigiese solamente a sus mejillas, apartándose del mayor para ir donde el peli rosa e intentar tapar su boca. Ante éstas acciones, el mayor de ambos solo se limitó a reír.

― soy Daehyung.

el chico de tatuajes alzó su mano diestra para poder saludar al amigo del joven que hacía agitar su corazón, intentando no mostrarse avergonzado frente a él.

― Joah. Espero cuides bien de Jenell, es un chico bueno.

ante estos dichos del peli rosa, los mayores se observaron y dedicaron una cálida sonrisa sin que sea necesario emitir ni una sola palabra más.
Sin nada más que agregar, subieron al auto junto con otros compañeros pero, debido a la falta de espacio, el azabache tuvo que sentarse sobre el regazo del rubio por lo que tuvieron un viaje vergonzoso y silencioso.

― ya llegamos, pueden ir a cambiarse a mi habitación pero nada de sexo ya que las sábanas están limpias.

mencionó entre risas el mejor amigo del azabache mientras que los demás acompañaban sus carcajadas y proseguían a bajar del auto, apresurándose a ingresar al hogar para preparar todo.

― voy a cambiarme la ropa, puedes acompañarme.

el mayor estaba bastante curioso por todo lo que había a sus al rededores, observando cada pequeño detalle pero yendo tras el menor ya que no conocía a nadie y eso lo hacía sentir incómodo.
el azabache conocía la casa y las cosas del peli rosa como la palma de su mano por lo que no tardó demasiado en elegir unas prendas e ir al baño para vestirse.

― veo que se llevan muy bien.

musitó el rubio al notar una foto de los dos menores juntos, sonriendo de forma amplia ya que el azabache lucía muy tierno en la fotografía en donde debía tener al menos unos quince años.

― ¡nos conocemos hace mucho! él me ayudó mucho y siempre me apoyó.

el más bajo elevó un poco su voz ya que no se escuchaba muy bien a causa de la pared del baño. Pese a que el mayor no pudiese verlo, esbozaba una amplia sonrisa de tan solo pensar en aquellas palabras que él mismo había dicho.

enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora