Capítulo 1- Olga

41 4 10
                                    

Tres días antes

Era una mañana nublada, en la que los rayos de sol casi no podían atravesar las nubes. Sonó el despertador a las 7:00, como todas las mañanas. Olga se levantó, se puso una chaqueta y se dispuso a bajar a desayunar.

Al entrar en la cocina se encontró con una taza llena de leche con chocolate con una nota al lado, en la que ponía:

Me ha surgido un improvisto en el trabajo y he tenido que irme, llegaré para la cena. Tienes un túper con las galletas que quedaron de ayer.

PD. Disfruta del desayuno. Besos, mamá.

Siempre pasaba lo mismo, todas las mañanas se encontraba con una nota en la que le daba instrucciones para el resto del día. Al acabar el desayuno se subió a su cuarto para vestirse. Ese día eligió un par de vaqueros azules oscuros y una camiseta de este mismo color con unas letras blancas que decían Enjoy the Little Things. Acompañó todo con un par de zapatillas blancas con cordones azules. Ya solo quedaba su largo pelo, ese día le apetecía llevarlo suelto, por lo que cogió un par de horquillas que se puso a los lados sujetando los mechones marrones rizados que le caían en la cara. Se miró por última vez en el espejo para ver el reflejo de una chica alta con unos ojos marrones que le sonreía. Después de esto hizo su mochila y se fue andando al colegio.

La mañana fue lenta y aburrida, las clases se le hicieron eternas, sobre todo la de matemáticas. La única parte entretenida de aquella mañana fue el recreo, en el que rio y habló con sus amigas como todos los días. Por fin sonó el timbre de las 14:30 indicando que las clases de aquella mañana habían terminado.

Volvió a casa cansada de las clases y con mucha hambre. Por eso se dispuso a entrar a la cocina, donde se encontró una nota de su madre diciéndole que tampoco podría ir para comer, pero que había una lasaña precocinada en el frigorífico. Ese día la comida fue silenciosa y aburrida.

Al terminar de comer Olga metió el plato y los cubiertos en el lavavajillas, y se fue a su cuarto a hacer la tarea del cole. Pasaron las cinco, y todavía le quedaba tarea de lengua y de mates, además de terminar de hacer el proyecto de biología para el día siguiente.

Así paso gran parte de la tarde, hasta que dieron las 18:10. Cerró el libro y el cuaderno, y se fue a coger la mochila con las cosas de la piscina. Por fin algo interesante en el día. Olga estaba exhausta por llegar a la piscina, y no podía esperar para tirarse de cabeza al agua.

Amaba los deportes, le daba igual si era fútbol, baloncesto o voleibol. Pero el que más le gustaba era la natación, le encantaba estar rodeada de agua. El reto de aguantar cada vez más la respiración mientras daba las brazadas. Vivía cerca de la piscina, así que no tardaba mucho en llegar, además de que ya llevaba puesto el bañador desde casa, así que no tardaría nada en cambiarse.

Cuando llegó a la piscina y entró en los vestuarios eran las 18:25, lo que le dejaba cinco minutos para cambiarse y meterse en el agua. Al entrar se encontró con Victoria, una de sus compañeras y amigas de ese grupo deportivo. Cuando Victoria la miró con sus ojos verdes y marrones por la heterocromía, se le iluminó el rostro con la sonrisa.

-Hola Olga, ¿qué tal te ha ido el día?- le dijo con cariño

-Bien- le respondió con una sonrisa- Aunque la clase de matemáticas de hoy ha sido un muermo, la profesora no ha callado ni un minuto. ¡Qué pesadilla!- añadió agitando los brazos.

-Bueno, mi día también ha sido aburrido- suspiró -He estado estudiando como una loca, y hoy he tenido dos exámenes-.

En ese momento la puerta del vestuario se abrió, y entró una chica de altura media, con el pelo marrón liso cortado por los hombros. Le brillaron los ojos cuando sonrió al verlas.

-Hola chicas- las saludó - ¿Está Lizzie ya en la piscina? Es que no la encuentro por ningún lado, ha salido con antelación de casa para llegar antes-

Elisabeth, de diminutivo Lizzie. Una chica de altura media con el pelo marrón liso corto con flequillo y unos ojos marrones castaños que quedaban de maravilla con sus pendientes de lunas.

-Sí Lara- le contestó -La prima Lizzie ha entrado hace un rato con Bárbara-

Lara y Lizzie eran hermanas, aunque nadie lo diría por su comportamiento con la otra, porque estaban todo el rato gritándose mutuamente.

-Bueno, vámonos- zanjó Olga -Que ya es la hora y a Bárbara no le gusta que lleguemos tarde.

Al entrar en la piscina las tres juntas con el bañador puesto, se encontraron con un grupo de seis personas. A la primera que vieron fue a Lizzie, a la que era imposible no ver porque su hermana ya se había dado cuenta de donde estaba e iba a regañarle. Aunque con un rápido movimiento Victoria se dio cuenta de eso y fue corriendo hacia ellas para que no se pelearan.

A los siguientes que vieron fueron a Nathan y Eva. Que mantenían una conversación seca pero amigable. Nathan era un chico de pelo rubio y altura media, que no se parecía en nada a Eva, una chica de pelo moreno corto ondulado con los ojos azules.

Por último vieron a Asher. Un chico alto de pelo negro azabache y ojos azules escuchando una conversación entre James, un chico de altura media, con el pelo color naranja cobrizo casi rubio y los ojos marrones, entablando una conversación con Bárbara.

Bárbara era su entrenadora de natación desde hacía un par de años. Tenía los ojos verdes y el pelo largo pelirrojo recogido en una coleta. En cuanto le vio, sacudió enérgicamente la mano y le sonrió

-Hola Olga- la saludó -¿Qué tal el día? ¿Te lo has pasado bien?-

-Sí- le respondió devolviéndole la sonrisa- Aunque la profesora de matemáticas ha sido muy pesada en clase-

-Bueno, con tal de que lo entiendas- la consoló -Oye ¿Has visto a Ethan y a Joseph?-

-No, no los he visto- le respondió -Pero ese par siempre llega tarde-

Ethan y Joseph eran dos amigos que siempre llegaban tarde. El primero es un chico de altura media con el pelo negro y los ojos marrones, agradable, y Olga se llevaba bien con él. Joseph es un chico alto, con los ojos y el pelo marrones, Olga no tuvo mucha relación con él, porque es nuevo de este año, pero parecía una persona simpática y sonriente. En total el equipo de natación estaba compuesto por 10 nadadores y la entrenadora.

Nada más terminar los ocho largos de calentamiento, Ethan y Joseph aparecieron. Y con todos los del grupo ya en el agua, comenzaron el entrenamiento. 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

N/A

Hola a todxs, esté es el primer capítulo de un libro que tenía muchas ganas de escribir, espero que lo disfrutéis y que os guste. No os olvidéis de dejar vuestro bonito comentario acompañado de un precioso voto, que aunque os parezca poco se agradece. 

Por último os quería decir que la portada es provisional, y que la semana que viene publicaré el siguiente capítulo.

Un abrazo virtual, 

Ainhowah<3.

Donde el agua se tiñe de rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora