1. «Antes de que todo comenzara.»

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Una semana antes.

Laboratorio Thomson. Seattle 12.00 a.m

Sudor caía por el rostro del primer paciente infectado mientras se retorcía en su camilla y tomaban muestras de sangre de su brazo. Es un joven de tan solo unos 21 años aproximadamente, su cabello es oscuro y esta pegado contra la frente, tiene ojos de color café, aunque el glóbulo ocular últimamente se ha estado puesto de un color amarillento. Su piel ha estado poniéndose del mismo tono que sus ojos, aunque esta se esta descamando de a poco, como si fuera una serpiente. Esta empapado en sudor, el cual tiene un terrible olor a putrefacción. El se sigue removiendo y piel muerta cae en la camilla, allí donde le han quitado sangre. Esta inconsciente, pero aún así se puede escuchar los gemidos de dolor que emitía.

--¿Que me puede decir del paciente, doctor?- pregunta Thomas Harrison, un científico especializado en el campo de virología. El es un hombre cuarentón, de considerable altura, tenía una nariz respingada y su cabello era de un color gris opaco. Ellos están detrás de un vidrio que los separa de la habitación del paciente evitando así cualquier contagio, aunque pueden observar al joven en la camilla a través del vidrio perfectamente.

-Es... algo extraño, señor Harrison.- dice el doctor Smythe.

-¿Extraño en que sentido?- pregunta volviendo la mirada hacía el.

-Ningún paciente que haya investigado antes ha tenido estos síntomas en tan corto plazo... pareciera que estuviera consumiéndose a si mismo en tan solo un par de días. Los primeros dos días lo único que ha hecho es toser sangre. Y no solo sangre... lo he visto y expulsaba trozos de carne de la cual hemos tomado unas muestras...- murmuro y un escalofrío recorrió su cuerpo.- lo que encontrado es inexplicable, pero eso usted ya lo sabe.-

-Exacto.- dijo Harrison, quien aún conservaba el informe del paciente en sus manos.- ¿Que hay de los otros días? Han pasado cinco desde que el paciente llego.-

-Los otros dos días el se negó a comer, todo lo que le dábamos lo ponía peor... -el tomo una pausa y luego continuo hablando.- le quisimos hacer una transfusión de sangre con unos anticuerpos... pero el empezó a forcejear, rompió la bolsa de sangre.... y comenzó a beber de ella.-

-¿Que hizo luego?-

-Lo tuvimos que sujetar a la camilla y ponerle un sedante. Ha estado inconsciente desde ayer.-

-¿Hay algo más?-

-Si, su piel ha estado descamándose. Como la de una serpiente, ha tenido hasta casi 50 grados de fiebre y su sudor tiene un olor putrefacto, no se como es que aún sigue vivo.-

-¿Que sabe del joven paciente?- dijo luego de unos minutos.

-Tiene aproximadamente 21 años, no tiene familia que hayamos podido contactar y por lo que sabemos es un 'vagamundo'.-

-Bien... gracias por su ayuda, Smythe.-

Dicho esto el señor Harrison se retiro del recinto. Y también debiera de haberlo hecho Smythe, aunque claro el no sabia que eso hubiera salvado su vida.

Luego de que el señor Harrison, quien ha decir verdad se había retirado del recinto algo apresurado, el doctor Smythe se acerco a observar al paciente con algo de curiosidad. Jeremy, así es como el se llamaba, se coloco unos trajes especiales que eran de un grueso nilón el cual evitaba que cualquier virus penetrase su cuerpo, también se puso una mascarilla que cubría todo su rostro, y unos guantes del mismo material que el traje, haciendo que así ni un centímetro de su cuerpo quedase al descubierto.

Jeremy entró al lugar donde estaba el paciente, era algo grande y estaba todo perfectamente higienizado, las paredes alrededor eran de un total blanco al igual que el piso y las tecnológicas máquinas que estaban conectadas al morocho. El lugar era fríamente silencioso a pesar de que se podían escuchar los gemidos de dolor que emitía aquel muchacho acostado en aquella camilla de desordenadas y manchadas sabanas blancas. Jeremy, con pasos lentos se fue acercando, y mientras más lo hacia más podía notar que deterioro del chico que cada vez era aún peor que la anterior vez que lo había revisado, ya no simplemente estaba descamandoce la piel, se le estaba pudriendo, se podía ver unas capas de piel muerta sobre sus brazos. Cuando Jeremy llego hasta la camilla tomo el brazos del joven y comenzó a inspeccionarlo. Era de un color rojo oscuro, se podía ver en partes la carne que antes habría estado viva, pero ahora simplemente parece otro más de esos montones de carne que ya no esta buena por lo cual muchas veces las desechan los súper mercados. Tenia un olor jodidamente a putrefacción, pero el doctor no pudo darse cuenta gracias a la mascarilla, mientras pasaba el dedo índice por donde aún quedaba algo de piel pudo ver como comenzaba a moverse igual a cuando pasas el dedo sobre el barro y queda una línea sobre este. Al notar eso soltó su brazo totalmente horrorizado sintiendo la bilis subir por su garganta. Ese muchacho se estaba pudriendo en vida.

Inferno || Riker LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora