Inferno || Riker Lynch

3. «Supervivencia»

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La respiración de Isabelle era agitada por lo que se detuvo y se inclinó para adelante tomando un poco de aire. A su alrededor no había demasiado movimiento lo cual no le preocupo demasiado pero esto no significaba que no estuviera alerta. Con un suspiro pesado echo un vistazo al lugar; en un principio no había reconocido en donde estaba y por un momento pensó que se había perdido pero al salir de su conmoción por lo anterior ocurrido abrió los ojos como platos al darse cuenta que sus piernas inconscientemente la habían llevado hasta su casa.

—Emma...— murmuro de repente recordando que ella probablemente estaría allí, claro que esto es lo que ella más deseaba; que su hermana menor estuviera sana y salva en su casa pero no estaba del todo segura de que esto sea así.

Tomando un poco de aire busco las llaves en su bolsillo y se alegro al notar que estaban allí y no en la mochila que había dejado en el instituto. Velozmente metió la llave en la cerradura, la giró abriendo la puerta y luego entrando dentro del lugar, entrecerro los ojos intentando adaptandolos a la repentina oscuridad con la que se había encontrado. Con sumo cuidado comenzo a caminar dentro. Despues de vivir casi dieciocho años de su vida allí ella conocía cada parte, cada sala, cada pequeño escondite de su casa por lo que no tardo mucho en dar con su hermana. Emma, su hermana menor de cabellos azules mezclados con un tono violeta estaba llorando en silencio en una de las puntas de la habitación con sus piernas apretadas sobre su pecho que se agitaba en un constante sollozo.

Al verla así Isabelle sintió una presión sobre su pecho, le dolía verla llorar.

—Emma... Emma, cariño no llores...— susurro corriendo hasta donde ella estaba.—¿Que es lo que sucede?—hablo en un tono bajo arrodillandose al frente de ella al tiempo en el que pasaba los brazos alrededor del delgado cuerpo de su hermana en un intento de calmar su llanto pero al hacerlo sus sollozos se volvieron más evidentes.

—Yo... yo...— comenzó a balbucear Emma abrazandoce al cuerpo de su hermana como si fuera lo único a lo que podía aferrarse.

—Tranquila, tranquila...— Isabelle hablaba con un tono claro y suave a la vez, haciendo que su voz sonara algo ronca. Si había algo en lo que ella era buena es hacer calmar a las personas.

—Izzy... yo...— el labio inferior de Emma temblo mientras hablaba e Isabelle podría jurar que en sus ojos se reflejaba el terror y el arrepentimiento.

—Emma, por favor dime que es lo que pasa.— Isabelle suspiro y la habitación quedo en silencio, mirando a su alrededor ella noto que estaban en la habitación de sus padres y que en la cama matrimonial había un bulto inmóvil.

—Izzy... yo maté a papá.— hablo finalmente Emma con la voz ahogada.—pero...— eso fue lo último que Isabelle escucho por parte de ella, no podía creer lo que le decía. Su pequeña hermana había matado a su padre, aquel que siempre había intentado darle lo mejor a las dos, aquel que a pesar de lo que las cosas costaba hacia todos los días un increble sacrificio por ellas dos y también por su madre. En un estado de shock olvidando todo lo que pasaba en el mundo exterior le dio una mirada de desprecio a su pequeña hermana y se levanto de forma brusca intentando que las lágrimas no callesen por su rostro.

—¡Eres una asesina!— grito corriendo hacia la cama en donde destapó el cuerpo que había tendido en esta pero lo que vio realmente no lo esperaba.

Dentro de las sabanas manchadas de rojo no se encontraba su padre, sino que estaba su madre; corrección estaba su madre con el cuello desgarrado y el abdomen abierto dejando ver los pocos órganos que todavía estaban dentro de su cuerpo.

—¿Que...?— logró formular antes de dar un salto hacia atrás sintiendo la bilis subir por su garganta y sin poder evitarlo se inclino hacia adelante devolviendo la cena de la noche anterior. Sin haberse dado cuenta su hermana ya estaba a su lado sosteniendo su hermoso cabello para que no lo manchara.

—Papá... papá hizo eso yo solo quería defender a mamá.— dijo Emma dejando escapar una última lágrima.

Isabelle por su parte aún estaba en estado de shock, podía sentir las lágrimas caer por sus mejillas y su cuerpo agitarse al ritmo de sus sollozos.

—Lo... lo siento.— murmuro la mayor de las hermanas tratando de calmar sus sollozos.— yo... yo pensé... —limpio sus lágrimas parandose hasta quedar recta.

—¿Que pensaste?... ¿Que maté a papá por que se me dio la gana?— la voz de su hermana sonó dura pero la conocía demasiado como para pensar que estaba enojada, ella podía sentir el dolor que transmitía cada palabra a pesar de estar muy escondido.

—Si.— fue sincera, siempre lo era. Bajo la mirada hasta sus pies apenada por haber desconfiado de ella.

Emma por su parte mantuvo el silencio por unos momentos, no quería decir nada, no podía decir nada. Le dolía el hecho de que su hermana pensara que ella pudiese hacer algo como eso, ella no era así.

—Vale. — asintió con la cabeza ladeandola hacia un costado intentando evitar que su hermana notara el dolor en su mirada.

—Lo siento...—murmuro Isabelle sin atreverse a levantar la mirada de sus pies.

—¿Sabes? Creo… creo que no tiene importancia.—Emma se aclaro la garganta separándose de su hermana mientras comenzaba a caminar fuera de la habitación, pero antes de marcharse volteo tragando algo de saliva para poder volver a hablar.— Prepara tus cosas, no soporto más estar en esta casa.— Ella poso sus ojos color marrones sobre los verdes de su hermana imponiendo autoridad.

—Bien.— susurro Izzy mordiendose el labio antes de salir de la habitación asegurandose de cerrar la puerta con traba por si acaso, no quería tener que lidiar con alguna compilación.

N/A: De seguro me deben de odiar por actualizar cada muerte de obispo jajaja.
¿Que tal chicas? ¿Como comenzaron las clases? A mi me están matando con todo lo que nos mandan a hacer. Ya puedo sentir que me llevo matemáticas jajaja :(
Espero que les guste el capitulo. Va a estar separado entre dos (por el tiempo en que me atraese las voy a ir subiendo seguidas.) Si les gusto voten, y comenten si es de su agrado. Ya saben ustedes son la inspiración de cada escritor.