Un par de meses habían pasado.
Ryujin se dejó consumir por la culpa y dejó de responderle a su ex. Nunca la volvió a ver.
Se sentía tan estúpida. ¿Por qué no hizo eso antes?
A veces caminaba por la calle en la que había conocido a Yuna. Esperaba cruzarse con ella de casualidad nuevamente. Pero lo cierto es que el último contacto que tuvo, fue esa mañana en la que se pasó tocando el timbre de la casa, esperando que Yuna abriera la puerta. Cosa que nunca pasó.
Ryujin hasta se alejó un poco de sus amigas. Sentía que necesitaba un tiempo sola para superarse así misma. Para dejar de sentir que era una persona horrible.
Una mañana despertó en ella la necesidad de llamar a Yuna. Se encontraba nuevamente a mitad de la calle donde se habían conocido. Miraba la pantalla de su celular en la cual brillaba el contacto de Yuna.
¿Aún seguirá teniendo mí número?, se preguntó.
No quería pedirle que regresaran ni nada por el estilo. Sólo necesitaba saber cómo estaba. Necesitaba saber que no la había lastimado.
Aún de pie en esa calle se armó de valor para llamar. Y al instante, dudó. ¿Qué tal si Yuna estaba bien, y ella lo arruinaba?
Ella miraba a todas direcciones preguntándose qué hacer. Decidió una vez más que la llamaría. Estaba a punto de marcar, hasta que su vista encontró la cabellera azabache de Yuna. Una sonrisa se formó en el rostro de Ryujin, que se agrandó al ver que Yuna estaba de la mano de otra chica.
Había pasado noches en vela preguntándose si la ruptura le habría afectado a Yuna, y ver que no, se sintió como el mejor regalo del mundo.
Ryujin aún no sabía si alguna vez estuvo enamorada de ella. Lo que si sabía era que la había querido, y a pesar de todo lo que había hecho, quería verla feliz.
Ryujin se acercó un poco más para verlas. Yuna y su pareja reían y se robaban besos de vez en cuando.
Ryujin observó todo aquello teniendo cuidado de que ninguna de las chicas se percatara de su presencia.
Creyó que lo estaba consiguiendo, pero sin saberlo, las estaba mirando fijamente justo como Yuna había hecho cuando se conocieron.
La chica que acompañaba a Yuna no notó la mirada de Ryujin. Pero Yuna sí lo hizo.
Cuando su mirada conectó con la de Ryujin, esta pidió que la tierra la tragara justo ahí.
Yuna tenía una expresión seria en su rostro, y Ryujin lamentó haber perdido todas las sonrisas que la azabache solía brindarle.
Yuna cerró sus ojos y suspiró. Ryujin tragó saliva. Finalmente las facciones de la azabache cambiaron. Una leve sonrisa se formó en su rostro. Ryujin respondió al gesto.
Luego de mirarse durante unos segundos, Yuna se volteó. Ryujin copió la acción y se fue de ahí.
Ambas estaban felices. Con solo esa mirada y esa pequeña sonrisa sintieron que habían dado un cierre a su relación. Lo cierto es que Yuna había amado mucho a Ryujin, y a pesar de haberla superado, a veces le dolía que su ruptura hubiese sido tan mala.
Una mirada bastó para que Ryujin expresara todo su arrepentimiento, y para qué Yuna expresara que estaba dispuesta a perdonarla.
El suéter ya no les pertenecía a ninguna. Había ido a parar a una caja de ropa que Yuna decidió regalar, ya que no quería tenerlo con ella, y obviamente no iba a devolvérselo a Ryujin.
Después de todo lo que habían vivido, el lila les seguiría recordando a la otra. Les parecería un color hermoso, que no iba a opacarse por los malos momentos.
Les juro que lloré escribiendo esto ;-; espero les guste el final, yo lo amé :"v
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𝑳𝒊𝒍𝒂 ; Ryuna
Fanfiction❝ Y cuando abrí el armario, encontré aquel suéter lila que Ryujin había dejado la última vez que estuvo aquí... ❞ • 07.02.21 / 15.02.21 • Escrito por Luci Alberto (luciuwuA). Prohibida su copia o adaptación.