Gorrión

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El día del paseo por fin había llegado. Después de haberlo pospuesto por muchas semanas. Habían tenido dificultades en ponerse de acuerdo para que tuvieran una cita y poder pasar el día juntos.

La escuela los tenía demasiado ocupados en exámenes, tareas y proyectos de último momento, sin embargo, este fin de semana los dos tenían el día libre, la oportunidad de estar con ella sin prisas o interrupciones, se había cansado de besos fugaces o roces que lo dejaban deseoso de su cuerpo. Demasiados días sin poder hacerla suya.

Quien podía culparlo por su nuevo capricho. Es que ella era adictiva para él, quien diría que detrás de esas ropas que eran tres tallas más grandes que su cuerpo o el hecho de que portara unos feos lentes de secretaria amargada, que sólo eran una fachada que ocultaban a la sensual mujer que era Rey Kenobi.

Esa mujer al natural era como una hermosa ninfa del bosque, su exquisita piel bronceada por el sol que venían acompañada de esas pecas esparcidas por todo su cuerpo, esos ojos color avellana que brillaban como luceros que hacían juego con sus cabellos castaños, esas piernas largas y torneadas que lo volvían loco.

De sólo pensar que él había descubierto a esa belleza oculta se sentía poderoso y un tipo con suerte. Kylo Ren siempre tenía suerte en todo lo que se propusiera, en su vida nunca había obstáculos.

El siempre obtenía lo que él quería con solo tronar los dedos, pues sus deseos eran ordenes que la gente debía cumplir, prueba de ello era que tenia a la mujer mas inteligente de todo el colegio, la única rival que le había echo frente siendo su igual. Tenía que reconocer que era una digna oponente.

Gracias a esa rivalidad se había acercado a ella con la intención de acabar con ella, aunque todo cambio cuando miro más allá de la mujer que escondía su nariz en los libros de la biblioteca.

Como negarse al placer de hacer suyo ese cuerpo de diosa. Muchas veces lo comparo con el de un pajarillo, por lo diminuto que se sentía a comparación del suyo, en cambio, era fuerte.

Todo en ella era poder.

Sería la envidia de cualquiera en el colegio. Como no serlo con esos pequeños pechos deliciosos y ese trasero en forma de durazno que lo tenían delirando.

¿En qué maldito momento pensó que Rey era una mujer fea e insignificante? Maldita sea, lo único que pensaba día y noche eran las mil formas de hacerle el amor de todas las formas posibles, de sólo pensar en ello, lo ponía con una constante erección difícil de controlar.

Aunque en el fondo se sentía el ser más miserable de todo el mundo. Lo que empezó con ella fue con el propósito de hacerle daño y demostrar que era insignificante, que era nada ante su grandeza del gran Kylo Ren. Pero ese sentimiento de culpa lo enterraba en el fondo de su alma y se desvanecía cuando estaba con ella.

Nunca había conocido a una mujer con ese temple y valentía, una luchadora de la vida que admiraba y la deseaba, y si para estar con ella tenía que seguir mintiendo lo haría sin dudar.

Sus sentimientos por ella eran como una ruleta, siempre cambiaban.

No sabía con exactitud lo que sentía por ella, sus sentimientos eran cambiantes; había días que la quería ahorcar por ser tan correcta, todos los maestros la adulaban por ser la perfecta alumna, y otras veces quería enterrarse en lo mas profundo de su cuerpo para que jamás olvide quien era su dueño. Él era muy posesivo con lo suyo y ella era suya.

Porque él fue quien le quito la virginidad, eso era suficiente para tener derechos sobre Rey Kenobi. Seria suya para siempre o hasta que él se cansara, si es que eso algún día llegaba a suceder.

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