Lejos de la naturaleza, se encontraba una cabaña de madera a mitad de un camino semi-desértico. De la cabaña salía humo, y de la chimenea salía fuego. Esto fue lo primero que Zutano notó al despertarse de su sueño. Miró a su alrededor con los ojos bien abiertos. Luego de inspeccionar, deslumbró desde el fuego de la chimenea la presencia de alguien más. No estaba sólo."Veo que te has despertado", dijo una voz proveniente del fuego. Zutano se quedó confundido, y observó en su dirección: observó claramente una sombra en el fuego.
Seguido a sus palabras, Zutano se espantó. Nunca antes le habían hablado como este extraño acababa de hacerlo.
"¿Dónde está la rima en sus palabras?", se preguntó a sí mismo detenidamente, cuando de repente, se dió cuenta de una cosa:
Ya no estaba en su hogar, y por ende, ya no había razón para rimar.
"Por si no lo has notado, estamos dentro de una fábula. No es necesario que todo lo que digas rime; es más, déjale las rimas a los animales de tu bosque. Deja que vivan en su cuento de hadas.", afirmó aquella voz ante el desconcierto de Zutano.
Aquellas palabras resonaron por momentos en la cabeza de Zutano. Sin embargo, la figura en sí le empezó a resultar familiar a Zutano: ¿no era acaso la misma que vió en su sueño de hace rato? Más importante, ¿realmente soñó los recientes acontecimientos?
"Oye, tú.., ¿te pudiera hacer una pregunta..?", le respondía Zutano a aquella voz, cuando, inesperadamente al pararse, Zutano gritó del dolor.
"¡Ouch!", gimió, con el pie izquierdo en el suelo, "¡¡Ayayay, sí me duele!!"
"¡No te muevas, tonto!", le gritó de vuelta la extraña figura mientras se acercaba con unas vendas, "Déjame y te cierro la herida".
Zutano empezó a lagrimear por el dolor. La herida ardía, y lo único que podía hacer era aguantarse y removerse sus lágrimas de la cara con sus dedos. Pero espera un momento, que aquí pasa algo muy curioso: ¿dónde quedaron sus alas donde reemplazados están sus dedos?
"Oye.., ¿y mis alas..?" se preguntó en voz alta Zutano cuando, atónito, se paralizó inesperadamente una vez vio más de cerca a aquella extraña figura.
"No le des importancia a eso. Por el momento, confórmate con el hecho de que estás sano y a salvo. Ahora, si me permites, debo asegurarme de que..." comentaba aquella figura sospechosa mientras le cerraba el vendaje a Zutano cuando, sin querer, este se le queda mirando raro.
"..."
"¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?".
Y desde ese momento, Zutano aprendió a no dejarse llevar por las apariencias.
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La Libertad de Soñar
Short Story¿Qué es aquello que lees? Porque ahorita me estás leyendo.