Capitulo 2

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Sonrió y se agachó para sacudirla, luego alzó unos momentos la mirada hacia aquella persona- en verdad lo lamen… -se detuvo en seco cuando su mirada se encontró con aquel chico de mirada castaña, quien la observó algo extrañado, pero luego sonrió, aunque se podía decir que, al ver a la niña de cabello purpura y ojos claros, la sorpresa se cruzó por unas fracciones de segundo en su rostro.

-No te preocupes –respondió Ash ante la disculpa- ¿están bien? –cuestionó ahora tendiéndole su mano a Msity para que se levantara.

Ella asintió y aceptó su ayuda, tomando su mano para ponerse en pié y soltándola luego de unos segundos, también la niña asintió, aunque también observaba al chico con curiosidad.

-Um… creo que, es un sorpresa encontrarte… -miró a la niña- encontrarlas.. por aquí.. –comenzó a hablar en un intento de buscar un tema de conversación.

-Lo mismo digo.. –respondió Misty sonriéndole un tanto forzadamente pues, no le agradaba mucho el haberse encontrado con Ash, esto era un golpe muy bajo del destino hacia ella.

La niña ladeó su cabeza- ¿Quién eres? –le preguntó en busca de un poco de atención pues, ambos amigos del pasado se observaban fijamente sin decir ni una palabra, creando una ligera tensión en el ambiente.

- ¿Eh? –agachó su mirada hacia la niña y sonrió- Soy Ash Ketchum, ¿quien eres tu?

-Soy Amy   Sketch.. Sketch…. –miró a Misty en busca de ayuda, recibiendo una sonrisa divertida por parte de esta.

- Sketchit –respondió ella, sin notar que los ojos de Ash por unos momentos se abrieron por la sorpresa.

-Si, Amy Sketchit –sonrió la pequeña.

-Oh… ya.. veo.. –dijo Ash sin dejar de observar a la pequeña, luego miró a Misty y, cuando se proponía a preguntar algo, el sonido procedente de su móvil lo hizo cerrar la boca y mirar el teléfono unos segundos para luego suspirar y responder- ¿Pasa algo, Joe?

Misty notó como Ash se alejó un poco de ellas mientras hablaba por el móvil, se le veía fruncir el ceño un apr de veces e inclusive logró captar aquel tono de oz característico en un padre que regaña a su hijo por no haberle obedecido.. aquello solo hizo que un nudo en la boca de su estómago se formara a la vez que su expresión se ensombrecía un poco cuando calló en cuenta de eso.

-¿Así que… se llama Joe?... –dijo en un susurro que ni siquiera Amy logró escuchar.

Sin mas que hacer ahí, ella se dispuso a seguir la marcha con su sobrina sin que su viejo amigo se percatara de ello pues, estaba muy absorto regañado al chico que había llevado al gimnasio el día anterior.

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-Bueno.. –silencio- … si, yo sé, yo sé que ella se molestará.. pero tranquilo, estará mas molesta conmigo que contigo… -exclamó Ash suspirando- ahora, tranquilízate, todo ha sido un simple error, pero debes aprender a no cometerlos más Joe, no te he criado para cosas así… -silencio nuevamente- Bien.. creo que, hablaremos cuando regrese a casa, ¿vale?... me parece, y no le comentes nada de esto, ¿bien?... –suspiro- estaré ahí pronto, no te preocupes…

Colgó el móvil y volvió a suspirar- me matará… simplemente ella va a matarme.. –se dijo en un susurro antes de girarse- lamento haberme tarda… -sus palabras se detuvieron en seco al verse completamente solo.

Un tanto decepcionado y confundido comenzó a caminar un tanto pensativo, por su mente no dejaba de escuchar el nombre de la niña “Amy Sketchit”, ese apellido.. solo conocía a una persona con aquel apellido y no era otro mas que su antiguo amigo y ex asistente del Profesor Oak, Tracey Sketchit.

Un recuerdo surgió a su mente, en el pasado, en amas de una ocasión, le pareció observar que Misty parecía sentirse atraída hacia Tracey y él también parecía atraerle su antigua amiga. Aquel pensamiento, sumado a las facciones de la pequeña niña no le trajo otra cosa mas que un escalofrío que le caló a los huesos y una extraña rabia que se acrecentaba en su interior al comenzar a atar los cabos sueltos.

-Así que… Misty y Tracey…. ¿eh? –suspiro nuevamente mientras su rostro lucía algo sereno, conteniendo la rabia que lo invadía dentro.

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Sentado frente a la televisión estaba un chico de unos 11 años con una expresión resentida en su rostro, esta también dejaba un sentimiento de pesar y de miedo. Su vista que, estuvo clavada todo el tiempo en el suelo, se alzzó al escuchar la puerta de la habitación en la que se estaban hospedando, abrirse y, sus ojos marrones se clavaron en el adulto que ingresaba. La vista del chico se clavó nuevamente en el suelo.

-¿Por qué… no me dijiste que.. ella..?

-Porque… ella en si me lo dijo, que no te dijera absolutamente nada al respecto..

-Pero.. pero… ¿no crees que yo tenía derecho de saber quien era mi madre?

Hubo silencio por parte del entrenador, quien solo suspiró y observó el suelo al igual que el niño que estaba junto a él.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?.. todas las veces que te pregunte.. cambiabas el tema…

-Era mejor que no lo supieras.. –exclamó el moreno fríamente- pero.. creo que tendremos que ir a visitarle no.. para que conozca como está su hijo después de casi once años de no verlo.. ¿no?

-¿Cómo crees que reaccione?

-Contigo.. no lo sé pero a mi… simplemente me matará por dejar que te dieras cuenta…

-Umm…

Sonrió sin un poco de gracia- Has de pensar que.. soy mal padre por ocultarte esto, ¿no?

-No lo eres –el chico observó a Ash- después de todo, fuiste tu quien se encargó de mi

El piso de madera hizo un pequeño sonido ante las pisadas de un roedor amarillo que daba su aparición en la sala de estar donde conversaban padre e hijo, sonriendo grandemente al ver a su mejor amigo de regreso y lanzándose sobre él.

-¡Pika Pi! –exclamó el roedor eléctrico al ser abrazado por su entrenador.

-Veo que estás mejor.. me alegro –le sonrió a su pokémon mientras Joe los observaba también sonriendo.

Pikachu observó a Joe y le sonrió de regreso, ahora saltando hacia él y recostándose a su lado, el roedor ya tenia ciertos años encima y, gracias a ello su salud no era la mejor de todas, eso tenía preocupado a su entrenador, aunque, este intentaba disimularlo lo mejor que podía. Luego de estar observando a su mejor amigo un tiempo, se levantó del sofá y caminó hacia la cocina.

-¿Qué quieres comer Jeo? –se asomó desde la cocina, en cierta forma se le podría comparar ahora con un ama de casa, al menos en el aspecto de estarle cocinando a un chico.

El niño se levantó y caminó hacia donde estaba el adulto cargando a pukachu, observándolo y luego estando un poco pensativo- Creo que por ahora un poco de cereal –sonrió.

-Bien… -le sonrió de regreso su padre, sirviendo en dos platos un poco de cereal con leche y caminando hacia la pequeña mesa de té que estaba en la sala de estar, siendo seguido por el chico.

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Caminaban de regreso hacia el gimnasio de Clearaound City, la niña canturreaba feliz mientras Misty iba algo decaída, no comprendía como el cruel destino le podía hacer ese tipo de jugarretas crueles, como, después de tantos años de haberse resignado a no volverle a ver, a ignorar sus sentimientos hacia él, volvía a aparecer y.. ahora con un niño, seguramente ya casado y, si no fuese así, aun estaba el chico, tenía el espíritu luchador de Ash, sin lugar a dudas pero, había demostrado ser hasta mas torpe que su padre. Eso la hizo reír un poco, el recordar la batalla en el gimnasio contra el pequeño niño pero, luego, al recordar el trato que tenían el pequeño chico y Ash, un lastimero suspiro salió de sus labios, haciendo que la pequeña la mirara.

-Tía Misty, ¿Qué pasa? –le preguntó la pequeña preocupada.

-Na-Nada… -sonrió forzadamente, convenciendo a la niña de ello.

Los Inesperados Giros del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora