AMORES INOLVIDABLES

Anillos

Au- Soulmate

Las luces de los edificios cercanos, calles, carteles de hoteles y publicidad de grandes marcas era el panorama desde la ventana, una que se encontraba a varios metros de altura, ventana que funcionaba como el gran ojo que vigilaba la gran ciudad de Yokohama en su oscuridad. Pero la vista fue interrumpida por el reflejo del hombre que cada noche era espectador de tal panorama, dejó salir un suspiro, largo y pesado.

Cerca de la ventana se encuentra un pequeño bar, de donde se extrae una botella de whisky, el hombre de negra cabellera se sirve una pequeña cantidad, al pasar el alcohol por la garganta un tanto reseca, siente un pequeño ardor momentáneo provocando que carraspee. Al bajar su vaso ahora vacío, mira su mano derecha donde en su dedo anular es decorado por un anillo negro...

_-_-_

-¿Ha quedado claro el tema de hoy?-Preguntaba un hombre, fuerte y claro para que todos los alumnos lo escucharan, a excepción de uno, que tenía la mirada perdida en la ventana.

- ¡Si, señor!- los demás estudiantes respondieron a una sola voz.

-¿Qué tanto ves?- se acercó un chico al pelinegro que absorto en sus pensamientos, no se enteró que el profesor se había ido y era momento del descanso.

-Nada, en particular- se levantó de su asiento, tomó sus cosas - será mejor ir por nuestro almuerzo.

El pelinegro acompañado de su amigo Hirotsu, caminaron hasta el gran comedor, donde muchos estudiantes de medicina se peleaban por conseguir lugares. Con bandejas en mano, lograron conseguir dos lugares en una mesa, un tanto escandalosa.

-¡Se los dije!, sabía que este día llegaría- un rubia hablaba muy fuertemente- ¡Miren!- posaba su mano derecha enfrente de varias chicas, que la acompañaban en su almuerzo.

-Felicidades Higuchi -san- aplaudía una pelirroja- No todos tienen ese privilegio.

-Me iré, primero- Anunció Mori a su amigo.

-Pero acabamos de conseguir estos lugares...

-Descuida, termina de comer- sonriendo- se me ha ido el apetito, estaré en la biblioteca, debo repasar unas cosas.

- De acuerdo- Fue así como se despidió de su amigo.

Mientras caminaba fuera la cafetería, sus pensamientos volvía a tener el control sobre el y lo hicieron desconectarse de su entorno. La misma historia que a todos les contaban desde niños volvía a repetirse. "Todos nacemos con un alma gemela, vean su mano derecha, en el anular encontraran dos aros negros, simulando dos anillos, cuando se encuentren con su complemento el espacio que los separa se unirá y creara diseños únicos que compartirán, Pero si el espacio que los separa se vuelve completamente negro, significa que su alma gemela ha abandonado este mundo". Por un momento detuvo sus pasos sin rumbo y miro su mano derecha, ahí estaban los dos aros negros, lo que mas le preocupaba era eso, encontrar a su alma gemela, ¿Qué pasa si no es de su tipo?, ¿si era algún criminal?, El que fueran almas gemelas no significaba que rellenaba los espacios de una persona ideal, sabía un montón de historias de personas que habían sido estafadas por sus almas gemelas, dejándolos con deudas... un caso muy particular, su padre. Conocía la historia de amor de sus padres, pero todo fue una pantalla, aquel hombre aprovechando ser alma gemela, pidió dinero a prestamistas, arrastrando a su familia con él. Tomó el dinero y se fue dejando una carta atrás "Somos almas gemelas pero realmente nunca te ame". Temía que la historia se repitiera con él.

El sonido de un silbato lo sacó de sus pensamientos.

-¡No los escucho señoritas!-gritaba un hombre.