Chocolate

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-Este año seguro lo sorprendo- cantaba muy feliz Mori, mientras buscaba la receta- ¿Eh?, que raro- miro fijamente a la mesa- juro que deje el chocolate aquí.-Sin quitar la vista de ahí, vio como una pequeña mano salía del otro extremo de la mesa, como buscando más.-Ajam, tenemos un pequeño ratoncito aquí- camino al otro lado de la mesa y vio a un pequeño de ojos verdes.

-No soy un ratón- se quejó con su pequeña boca sucia de chocolate.

-Eso veo, pequeño ladrón de chocolate- se agachó para limpiar la boca del pequeño - ¿quieres ayudarme a prepararle unos chocolates especiales a papá?

Con el ceño fruncido-No.

-Dejaría que pruebes, y el que te sepa más rico es el que le daremos a papá.

-Cuenta conmigo.

-Mi adorable Edogawa me ayudara- sacando su celular- Elise, asegúrate de tomar buenas fotografías de este día.- Sacó un banco para que Edogawa pudiera estar a la altura de la mesa-Empecemos, prueba uno.

Lo primero que hizo fue una preparación sencilla, puso a derretir chocolate blanco, chocolate negro semiamargo y después en cada recipiente dejo que el pequeño dejara caer las almendras en rodajas.

-¿Qué sigue?- el pequeño ya moría por probar los chocolates.

-Con esta cuchara vamos a poner porciones aquí- señalando una bandeja con papel encerado- y dejamos enfriar- miro seriamente a Edogawa- Solo hasta que estén fríos podrás comerlos.

-En lo que se enfría probemos a hacer otra receta- saco unos moldes de silicona con forma de corazón.- Empezaremos a vaciar nuevamente chocolate derretido -Quito el excedente - Ahora viene la cajeta.-Termino de echar el resto de chocolate.-¿Qué pasa?

Edogawa señaló otros moldes.

-¿quieres que haga uno de esos?

-sI- aplaudió con entusiasmo.

Después de una serie de diferentes preparaciones azucaradas, había llegado el momento de elegir cual eran los indicados.

-¿Cuál te gusta más?-pregunto Mori al pequeño que seguía gozando de la muestra de chocolates.

-Este-señalo los que estaban en la bandeja más cercana.

-¿Enserio?

-Si, pero hay un problema- los orbes esmeralda brillaron- a papá no le gustan las cosas dulces, no comerá tus chocolates, dámelos a mi.

-ja,ja,ja- apretó las mejillas regordetas del niño- ya se que a papá no le gustan tanto el chocolate-lo soltó dejando un poco rojizas las mejillas- creo que el seria feliz con una buena taza de té verde y un aperitivo simple y tradicional.

-¿Entonces porque le das chocolate?, no entiendo a los adultos- se rasco la cabeza.

-Es normal que las parejas en San Valentin le den chocolates a su pareja, como un modo de expresar sus sentimientos.

-¿Entonces si quiero chocolates, debo tener una pareja?

-ja,ja,ja por favor no digas eso frente a tu padre , no se lo tomara bien- empezó a acomodar los chocolates en cajas decoradas- también los amigos se regalan dulces, con que tengas una buena amistad , este día puedes recibir dulces.

Los ojos de Edogawa brillaron expectativos- quiero tener muchos amigos.

-¡Los tendrás! Mañana en tu nueva guardería podrás hacer muchos amigos- vio como el pequeño bajaba la mirada.

-No se...

-Edogawa Ranpo- hablo un poco más fuerte- los objetivos que propongas puedes lograr cada uno de ellos, porque eres tu, Edogawa Ranpo. Además eres muy inteligente seguro encuentras la manera de tener amigos.

-Pero..

-Nada de peros, puedes ser algo tímido y eso es adorable en ti, solo necesitas ser tú mismo y con tiempo tendrás muchos amigos.

-¡Y dulces!- levantó sus brazos con alegría.

-También dulces-acarició el cabello de pequeño- Papá no tarda en llegar, lávate las manos y terminemos de limpiar.

-Si.- Con mucho cuidado se bajó del banco y lo movió al lavabo, donde se lavó las manos, con ayuda de Mori que le abrió la llave.-Aun no me respondiste.

-¿Sobe que?

-¿Porque le das chocolates a papá?, ¿porque no darle otra cosa?,¿existe una regla que siempre sea chocolate?

-No, no existe una regla de que siempre tengas que regalar chocolate, es algo muy común- con una toalla le secaba las manos- existe la opción de darle otra cosa- sonriendo - se que a Yukichi no le gusta tanto, pero si sabe que lo hemos preparado juntos, le va a gustar mas que su té.

-¿Enserio?

-Además de que es una vieja tradición que tenemos- se llevó un dedo a la boca en señal de secreto.- cuando éramos más jóvenes tu papá me prometió que cada año comería los chocolates que yo le diera por más extraños que le parecieran

-¿Por qué?

La mejillas del oji púrpura se sonrojaron- La primera vez que le di unos fue cuando me confesé, lo cite después de clases ... Ese día su práctica de Kendo se alargó más de lo usual y cuando llegó a mi encuentro, los chocolates se habían desecho.

-¿y que paso?

-Me moleste mucho porque llego tarde, en cuanto lo vi, le avente la caja de chocolates derretidos y salí corriendo.

-¿Entonces cuando hizo su promesa?

-Me dio alcance y logro atrapar , me dijo - imitando la voz de de Fukuzawa- lo siento por llegar tarde.

-¿Es todo lo que dijo?

-Si, tu padre no es mucha conversación, pero después de eso le dije mis sentimientos.

-¿Qué pasó después?- Edogawa que amaba las historias escuchaba muy atento.

-Me escuchó hasta el final y prometió que cada año comería mis chocolates sin falta.

-¿Ese es el final?

-Si.

Edogawa puso un puchero- no te creo, ¿papá, esa es toda la historia?- se dirigió a la persona detrás de Mori, justo en la entrada de la cocina.

Mori se giro y vio a Fukuzawa sonriendo, aparentemente había escuchado toda la historia desde ahí.

-Si- respondió el ojiazul

-tch, aburrido

-Bueno no siempre hay misterios en las historias- hablo el pelinegro que se acercó a Fukuzawa para recibirlo con un beso.

-Si las historias no tienen misterios no son historias- protesto el ojiverde- es más divertido de ese modo- y salió corriendo de la cocina rumbo al jardín donde lo esperaban los juguetes que abandonó, antes de robar el chocolate de Mori.

-Es un niño bastante inteligente- Habló nuevamente Fukuzawa.

-Lo se- se enorgulleció.

-Me causo gracia la historia que le contaste.-abrazando a Mori por la espalda- omitiste muchos detalles.

-No le iba a contar al niño, que tu amigo saboteo mi momento de confesión, que después de lanzarte la caja te insulte tanto que me seguiste enojado y cuando empecé a confesarme me besaste para callarme.

-Fue un buen beso, no te puedes quejar.

-No, no lo fue.

-¿Estás seguro?- se acercó al oído del pelinegro- En mis recuerdos aun está tu rostro sonrojado.

-Tonto...

_-_-__-

Gracias por leer 

n.n

AMORES INOLVIDABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora