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Narrador omnisciente

-¿¿¡Cuanto mas tengo que correr ttebayo!???-gritaba Naruto jadeante mientras se detenía por un momento para tomar aire, habia estado corriendo, podía decir que alrededor de una  hora pero su pecho ya empezaba a sentir molestia por falta de aire y sus piernas adoloridas pedían a gritos que todo terminara

Un tiempo antes~

Kitsune aquel día habia esperado al mocoso afuera de la academia ninja reposando sobre un columpio de madera, que con unas cuerdas estaba sostenido a al rama de un árbol.
El chico salió de la academia resoplando molesto, aquel día habían practicado lanzamiento de Kunai y shuriken, claramente Sasuke había sido el mejor y había destacado por acertar en casi todos los blancos, el por otra parte tenían tan mala puntería, que casi golpea a su Sensei, por eso tenia un humor de perros pero al ver a aquel Anbu esperando afuera, un sentimiento cálido se instalo en su pecho y de inmediato toda la molestia que sentía, se esfumo como si nunca hubiera estado ahi y una gran sonrisa se instalo en su rostro. Siempre había visto a los otros niños siendo recogidos por sus padres, hermanos o tíos, aquello lo deprimía mucho despues de todo sabia que nadie iría por el.... pero, en esa ocasión si había alguien esperándolo

-Onii-chan!!!-grito mientras corría a su posición con los brazos en alto

Kitsune levanto una mano a modo de saludo mientras muchas personas que estaban en la entrada de la academia, veían con molestia al chico correr, aunque claro este sentimiento fue remplazado con uno de temor cuando el Anbu dejo salir algo de su instinto asesino, alguien entre la multitud solto una risita.  Por otra parte los compañeros de Naruto veían curiosos la escena, sobre todo uno que estaba con un pelinegro mas alto que  el, Kitsune guio su mirada hacia el mayor y asintió a modo de saludo, este que se encontraba al parecer muy feliz correspondió  el sutil gesto, que solo fue visto por los dos

-Ven mocoso-le dijo a Naruto con voz tranquila cuando llego a su lado, el chico asintió y se puso a su derecha

Ambos caminaron por la aldea un rato, el Anbu cada tanto miraba a su alrededor como buscando algo confundiendo a Naruto, que caminaba con sus brazos tras su cuello

-Nee, Onii-chan-Kitsune volteo a verlo-¿que tanto buscas ttebayo?

-Un lugar para comer mocoso, no se puede entrenar con el estomago vacío y hasta aquí escucho el tuyo rugir

Naruto sintió sus ojos cristalizarse, frunció sus labios tratando de retener las lagrimas que querían salir de sus ojos pero fue inútil, unas pocas salieron deslizándose por sus mejillas, el las limpio con rapidez. Finalmente ni comería solo como siempre lo hacia, emocionado ante la idea, tomo la mano del Anbu que estaba cubierta por un guante y empezó a correr

-¡Se donde venden la mejor comida de toda la aldea ttebayo!-grito mientras soltaba una dulce carcajada-¡te gustara!

Kitsune solo se dejo guiar por el chico, ambos corrieron por un rato mas hasta que el rubio se detuvo frente a un puesto

-(¿Ichiraku ramen?....)-pensó apretando un poco la mano del niño, que solo le sonrió, solto su mano y se adentro al local  como si fuera su casa, podía asumir que era un cliente recurrente

-¡Viejo! ¡Un miso ramen por favor!-grito con emoción mientras se sentaba en una de las sillas que estaban frente a una barra de madera

-¡Oh! ¡Naruto!

Kitsune pudo notar como un hombre castaño con un pequeño sombrero blanco y un delantal, saludaba al chico con alegría

-¡Ya marcha un miso ramen!-le dijo y estaba apunto de dirigirse a la cocina, cuando vio que Kitsune se adentraba al local. El Anbu miraba a su alrededor en silencio, pero con una aura a su alrededor que no podía descifrar

3 ANBUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora