Jessica Y El Jorobado Conserje De La Piscina

35.2K 211 2
                                    

1. Preámbulo

Mas de medio año ha pasado desde que empezó el tema de la pandemia en Latinoamérica, recién estas últimas semanas los pocos negocios que han sobrevivido están empezando a abrir nuevamente, aunque con ciertas restricciones y algunos aún no saben cuándo abrirán como es el caso de los gimnasios, cines, discotecas, conciertos y demás centros de entretenimiento, todo esto para una jovencita como Jessica, sin duda es algo devastador, ya que con sus 20 años recién cumplidos, estos meses encerrada han sido una completa tortura.

La bella jovencita se moría de ganas por volver a su vieja rutina, salir con sus amigas, pasarla bien un sábado por la noche y demás cosas de jóvenes, a pesar de tener una bella figura y estar siempre entrenando en casa, ella sentía que había perdido su estado físico, quería volver al gimnasio donde era el centro de atención, aunque de momento esa realidad se veía bastante lejana. Para su suerte se enteró que desde la próxima semana las piscinas si abrirían a un 50% de su capacidad, algo que en un principio no tenía sentido, pero al contener grandes cantidades de cloro, era imposible para el virus sobrevivir en este entorno, esto según la OMS y como en Latinoamérica se le hace caso a todo lo que diga esta organización, pues le dieron luz verde para que vuelvan a funcionar pero con algunos cambios para garantizar la salud en los vestidores.

Era una calurosa mañana de sábado, la joven empaco sus cosas y se dirigió a la única piscina habilitada que se encontraba a unos 30 minutos caminando desde su casa, si bien era una piscina olímpica, estaba bastante descuidada y con estos meses sin trabajar el panorama era aún peor, aun así la joven estaba decidida a darlo todo para recuperar su mejor estado físico y volver a ser el centro de atención, grande fue su sorpresa al encontrar la piscina prácticamente vacía y es que el miedo al contagio aún estaba latente en las personas, pero más importante para ella era verse bien, la había desanimado un poco el hecho de que no podría modelar su nuevo traje de baño ya que a lo mucho habían 5-6 personas, todas mujeres, que en una piscina tan grande era un desperdicio.

Los días eran prácticamente iguales en cuanto a cantidad de gente y el personal de la piscina solo se limitaba al tipo que entregaba los boletos el cual era un joven moreno de unos 18 años y a un caballero cincuentón con una leve joroba que se encargaba de la limpieza, mantenimiento de la piscina y por la poca afluencia de público también la hacia de salvavidas cuando venían los de la municipalidad para corroborar que todo este en orden.

La joven luego de terminar su práctica de nado y de tomar una ducha, se dirigió a los asientos laterales para refrescarse con una botella de agua helada antes de regresar a casa, algo que había notado Jessica estos días era que aquel maduro caballero se metía al vestuario de hombres con su trapeador cada vez que alguna mujer se metía al vestidor de al lado, esto le pareció algo curioso, luego de prestar atención los días siguientes, la conducta sospechosa del maduro seguía siendo la misma, estaba claro que esta persona tenía alguna forma de mirar el vestidor de las damas desde el vestuario de hombres.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral, sin duda este tipo también la había estado espiando y ella nunca se había dado cuenta, pero lejos de molestarle esto solo causo asombro en la joven que no creía en el atrevimiento de aquel feo sujeto, consideró entonces entrar al vestuario y ubicar aquel agujero por el que era espiada aunque en el fondo el solo pensar que todos estos días había sido morboseada por aquel maduro desde el otro lado de la pared hacía que sus piernas temblaran por la calentura. Hay que considerar que Jessica no tenía alguna aventura sexual desde hace 6 meses que inicio la cuarentena y sus hormonas estaban a full, haciendo que muchas cosas las calentasen, en ese momento le hubiera encantado desnudarse y darle un pequeño espectáculo a ese hombre, pero prefirió guardarse para mañana y sorprender al pervertido mirón, sabia que las pocas personas que iban serian un estorbo para ella por lo que decidió ir en la tarde unas horas antes de que cerraran la piscina para estar más segura.

Jessica y el jorobado conserjeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora