Eran las 8 de la noche el horrible jorobado se encontraba en su fiel carcocha a mitad de un terreno baldío, tomando unos tragos acompañado de una hermosa jovencita semidesnuda, jamás en su miserable vida se hubiera imaginado estar en una situación así, Manuel la miró con incredulidad, aun no creía las palabras que había escuchado, todo parecía un sueño, abrió y cerró la boca, pero no salió ninguna palabra, ¿cómo estaba pasando esto?, Cosas como esta no le suceden a tipos ordinarios como él.
—Deberíamos seguir adelante antes de que cambie de opinión — dijo Jessica quien tampoco podía creer lo que estaba sugiriendo. No podía entender las razones por las que estaba tan caliente, pero quería seguir adelante.
Luego de tomar un pequeño sorbo al fuerte licor que tenía el viejo, se acercó más a él, inclino su cuerpo y le dio un tierno beso, el jorobado correspondió aquella muestra de afecto de inmediato, rodeándola con su brazo para atraerla aún más como si de unos enamorados se tratasen y con su mano libre agarro la desnuda pierna de la chica firmemente.
Pronto los besos tiernos empezaban a subir de nivel, se besaron apasionadamente, explorando la boca del otro con la lengua. Ella podía sentir aquellos labios resquebrajados apoderarse de su boquita como todo un experto. Por su parte Manuel comenzó a pasar su mano suavemente de arriba hacia abajo por toda la longitud de los blancos muslos de la nena.
—Uyyy señor usted sí que sabe besar muy rico, recuerde que todo esto lo hago como regalo por defenderme de esos horribles borrachos, así que disfrútelo porque dudo que un viejo miserable como usted vuelva a tener una oportunidad como esta.
Don Manuel lejos de ofenderse, volvió a apoderarse de esos finos labios para que ella no siga hablando, le encantaba sentir ese suave rostro y sentir ese fresco aliento rodearle toda su arrugada cara, poco a poco hacia más avances bajando su rostro hasta el sensible cuello de la muchacha para llenarla de besos y volver nuevamente a esos mojados labios, ella por su parte solo cerraba los ojos y se dejaba llevar por el momento.
Pronto Jessica sintió como aquel rasposo rostro bajaba mucho más allá de su cuello, llegando a sentir candentes besos en el inicio de sus pechos, desgraciadamente para ambos, la blusa limitaba los avances del viejo para bajar aún más su feo rostro.
Jessica al ver que el jorobado no se atrevía a bajarle el escote de su blusa por miedo a que se la rompiese, decidió actuar por su cuenta, así que, alejándose de la boca de su horrible acompañante, le puso la mano en el hombro para mantener el equilibrio mientras levantaba la pierna y la giraba sobre el rechoncho cuerpo del hombre para así sentarse sobre su regazo. estaba un poco apretado por lo pequeño que era el carro, pero podía arreglárselas. Manuel se quedó mirándola asombrado mientras ella hacia los últimos movimientos para estar mucho más cómoda.
Recordemos que Jessica solo tenía puesta su pequeña ropa interior, mientras que el repugnante tipo tenía su verga afuera, apenas una fina tela impedía que el viejo jorobado penetrara en ese mismo instante a la hermosa mujer que estando arriba de él, empezó a contornear su cuerpo como si de verdad estuviera siendo penetrada.
La jovencita por fin cómoda, agarro las manos del viejo colocándolas sobre sus apetecibles pechos, dándole luz verde para que este viejo suertudo siguiera tocándola tal cual como se habían quedado en el vestidor de la piscina, ella sonrió ante la forma en que el rostro del viejo se iluminó cuando comenzó a masajearlos.
—Te gustan mis senos, ¿no es así, viejo pervertido? — dijo con una voz juguetona
—Oh, Dios mío, sí. Son realmente maravillosos, nenita, son tan suaves… — hablo por fin el jorobado, quien aún le costaba procesar lo que le estaba sucediendo.
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Jessica y el jorobado conserje
De TodoUna bella jovencita con las hormonas a full luego de pasar meses encerrada producto de la pandemia, decide molestar al viejo conserje, sin querer el jorobado termina golpeado por su culpa, producto de ello siente la necesidad de darle un buen regalo...