ღ¸¸.✻'Reproducción aleatoria'✻.¸¸ღ [CoMPaS]

#Éramos Novios

❁ Mi Sobrino Memo -#Eramos novios

☘Flexkato

-Sebastián- Habló Miguel mirando a su compañero -¿Podrías contarme tu historia con Carlos? Tu historia de principio a fin.

Ambos estaban en una cafetería compartiendo una taza de café y unas galletitas, Muzi hace un par de días había viajado a España por motivos que no comentó y citó a Mike en un café para charlar. Este sabía bien porqué estaba ahí, Astian necesitaba hablar de todo eso con alguien.

-Bien- Muzikato sonrió -Creo que una parte de nuestro final explica más del inició-
Miguel lo miró con atención.

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Había citado a Carlos en nuestro lugar especial para poder charlar sobre lo que iba a pasar.

-Siempre amé este lugar- dijo el peliazul al sentarse bajo la sombra de un árbol -es tan relajante no escuchar el ajetreo de la ciudad, el sustituirlo por los sonidos de la naturaleza siempre fue un gran escape-

-Lo sé, encontrarlo fue una de las mejores cosas que nos pasó- dijo Muzi sentándose a su lado -debemos hablar-

Tras pronunciar esa frase, respiré hondo y comencé a narrar nuestra historia.

Todo inicio con un lindo par de amigos, de esos amigos que compartian todo, desde los fines de semana viendo pelis tristes o los días más largos del año.

-Amo pasar los días contigo, Flex- el nombrado le sonrió con ternura -amo que los días sean lo más absurdo contigo-

De manera inconsciente sonreí, en verdad fui feliz me encantaban las veces en las que salíamos a pasear o las veces en las que juntos huimos del mundo y nos refugiamos en ese bosque.

- Sigo siendo el chico más triste del mundo- el castaño regresó a ver a Flex -que piensa en ti aunque pasan los años-

Carlos lo miró con una leve sonrisa y tras eso regresó su mirar al atardecer que se veía en el horizonte.

Un día en ese lugar escondido del mundo Sebastián reveló sus sentimientos y el peliazul los aceptó con sus pómulos teñidos de carmesí y una pequeña sonrisa.

Para ambos fueron días mágicos, la visita a lugares donde albergaron dulces recuerdos como el rancho al que solían ir o la pradera donde solían refugiarse del mundo, el pingüino de felpa que ganaron en la feria también fue algo que atesorarían.

-Astian, te quiero- la sonrisa que adornaba el rostro de Carlos hacía que la mirada de Muzi se desviara.

Tras varios años de una linda relación llegó el punto de quiebre de esta, las peleas se volvían cada vez más constantes y absurdas, era como si Carlos buscara cualquier razón para pelear, Muzi después de ellas buscaba calmar al peliazul arrullándolo con sus besos y el siempre respondía "con relámpagos y truenos"

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-Esta frase nos lleva al inicio del fin- dijo Muzikato mirando las nubes.

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Astian miró como el contrario se adentraba al bosque, su corazón latía con fuerza, su respiración agitada que torpemente disimulaba y sus piernas temblorosas le hicieron pensar que: "aún no me subo y ya quiero bajar"

Tras contar toda nuestra historia hasta el punto donde estábamos miré a Carlos.

-Éramos tu y yo hasta aquí- Dijo el castaño para terminar con el contrario -queda prohibido pasar con fantasmas de ti-

Cuando terminó con él, sentado en su lugar especial, Sebastián miró al horizonte pensando en su relación, en sus gritos, sus gafas, sus dientes de lata.

-Siempre críticas mis cartas por ser las mas largas- el castaño no despegó la vista del popurrí de colores -son las más largas porque hablan de ti.

Carlos no pronunció ni una sola palabra y siguió mirando como el cielo se tornaba oscuro.

-Éramos tú y yo, el par más sencillo- Astian bajó su mirada con tristeza -Riendo y perdidos, el más triste recuerdo de mi vida-

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-Aún me cuestiono: ¿por qué calosfríos?- Preguntó para si mismo -Si eran tan cálidos días contigo-

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-Antes que digas nada, yo te quise más-

Sin nada más que decir y con el cielo completamente oscuro, el castaño se levantó y se marchó.

Sebastián con lágrimas resbalando por sus mejillas llamó a Ari antes de partir, le habló del pingüino, del rancho y de él.

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-Esa es mi historia- el castaño secó una cuantas lágrimas y comió una galletita - a Ari le hablé del pingüino, del rancho y de él-