𝐓𝐖𝐎

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era un día sábado, venus se sentía algo estresada por los exámenes, así que iría a conducir su auto por la ciudad, eso a veces le calmaba.

— cariño, no tardes mucho. — dijo la madre de venus antes de que ella saliera de su casa.
venus le sonrió y salió de aquella casa de colores oscuros para dirigirse a su auto.

entró a su auto y decidió poner algo de música para sentirse acompañada, puso la canción de this charming man, de the smiths.
un vago recuerdo de dylan y ella bailando aquella canción pasó por su mente.

venus siguió conduciendo, pasando por varios lugares de aquella ciudad, como casas, parques, restaurantes, vecindarios, etc.
entonces, condució por los suburbios, era un lugar tranquilo.
pero, también era el lugar que quedaba cerca de la casa de dylan.

venus miraba cómo dejaba atrás aquellas casas, y recordó cuando dylan y ella iban en el auto de él chico, ella sintió como el viento alborotaba su cabello.
ella extrañaba esa sensación de reírse y hablar con dylan mientras él conducía para llegar a su casa, extrañaba todo sobre aquel chico.
lágrimas deslizaron por las mejillas de venus, se sentía tan triste, estacionó su auto un momento en el estacionamiento de un supermercado, no quería distraerse y chocar su auto.

venus dejó de llorar después de unos minutos, y iba irse de ese estacionamiento, hasta que de lejos vio alguien conocido.
él mismo chico que venus aún amaba, estaba con shay rudolph, ellos estaban tomados de la mano, parecía que iban al café que estaba cerca de ese lugar.

meses antes de que dylan y venus terminaran, shay hacía sentir a venus insegura, shay siempre tenía buenas notas y para muchos ella era la chica más linda de la escuela, venus no tenía malas notas, pero se sentía mal por no ser como shay, venus se sentía horrible sí se comparaba con shay si hablaban de físico.

dylan siempre le decía a venus que ella era una de las chicas más lindas que había visto, él decía que amaba todo de ella.
y dylan le prometía a venus que iba a amarla y estar juntos por siempre.

pero, después de todo, venus supo que él no había cumplido su promesa.

venus aún seguía amando a dylan, quería olvidarlo, pero parecía como si dylan se hubiese clavado en su alma y mente.

venus no podía olvidarlo.
ella no podía intentar enamorarse de otra persona.
nadie la hacía sentir como él castaño de ojos avellana.

venus después de dos minutos comenzó a conducir de nuevo hacía su hogar, debía estudiar para los exámenes, no quería sacar una mala nota.
de nuevo puso canciones, pero de la radio, comenzó a escucharse la canción de ribs de lorde.

venus llegó a su hogar, bajó de su auto y entró a su casa, había silencio en su casa, su madre había salido al parecer.
fue directo a su cuarto, buscó sus libros para estudiar y después hablaría con sadie por su laptop.

cuando terminó de estudiar, fue a su computadora para conversar con sadie por videollamada, después de tres intentos, sadie contestó.

— hey, venus, ¿cómo estás? — preguntó sadie.

— bien, creo, ¿y tú?

— bien, con muchas cosas que estudiar y entregar.

— te entiendo, acabó de terminar de estudiar y son varias cosas que debemos aprender y recordar.

— lo sé, mejor deberíamos dejar la escuela y ser cantantes, ¿qué opinas?

— no sé cantar, y no creo que triunfe en eso. — venus y sadie rieron.

𝐃𝐑𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 𝐋𝐈𝐂𝐄𝐍𝐒𝐄, dylan kingwell. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora