Ernesto

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Esa noche, luego del ensayo Pablo iba a ir a dormir a la casa de su padre, como todps los miércoles. Cuando sus padres se separaron de él tenía seis años y comenzó a dormir en lo de Ernesto los miércoles, viernes y sábados.

Un par de años atrás habían llegado a un acuerdo: Pablo iría todo s los miércoles y los fines de semana que tuviera ganas. En general, pasaba los domingos a almorzar y en algún otro momento de la semana a tomar café y a charlar un rato.

La casa quedaba cerca de las vías del ferrocaril San Martín, en una calle empedrada ploblada de talleres, galpones y pequeñas fábricas. Casi no había viviendas en la cuadra. La de papá era la última de un largo pasillo, un poco cochambroso. Pero por dentro no tenia nada que ver con el entorno, era cálida y muy luminosa gracias a un pequeño jardín que hay en el fondo. En la planta baja estaba el dormitorio de Pablo, un living-comedor integrado a la cocina, y en la planta alta el dormitorio y estudio de Ernesto. Su padre era arquitecto, al igual que su madre. Ellos se habían conocido en la universidad.

"Acá tengo todo lo que necesito", decía su padre cada vez que Pablo le preguntaba por qué no se mudaba a un lugar mejor. Con su nivel de ingreso podía permitirse una vivienda más grande, en un barrio mejor ubicado y más seguro. Pero no le intesaba, y Pablo no lograba entender por qué.

Había vivido cuatro años con una novia, Patricia, unos diez años mas joven que él. A Pablo ella le caía muy bien, era inteligente y divertida, siempre había sido cariñosa y amable con él. Pero Patricia quería tener un hijo y Ernesto, no. A medida que ella se acercaba a los cuarenta años las connversaciones sobre el tema se hacían más frecuentes, aun con Pablo presente, lo cual solía incomodarlo bastante. Tres años atrás habían decidido separarse. Las primeras semanas su padre había estado muy enojado; después, el enojo dejó lugar a la tristeza.

Pablo siguió en contacto con ella, se escribían mails y se llamaban para los cumplaños. Y, cuando ella tuvo una hija, él la fue a conocer.

"Ahora somos ella y yo", le había dicho Patricia, y él no necesitó preguntar nada más.

Su padre np volvió a mencionarla, aunqie Pablo creía que estaban en contacto y que los primeros meses luego de la separación Patricia había seguindo yendo a su casa. Estaba convencido de que Ernesto había envejecido luego de esta decisión y que se había vuelto más melancólico. Como si estuviera en una tonalidad menor.

"En la vida uno debe elegir lp que cree que es conveniente y justo, aunque eso a uno no siempre lo haga feliz", le había dicho la ultima vez que Pablo había sacado el tema. No volvieron a tocarlo.

El domingo anterior por la tarde había estado ahí con Diego grabando unos discos de Eduardo Darnauchans: así se llamaba el autor de la canción que Pablo había escuchado en la playa. Un compositor uruguayo, militante comunista, que había sido prohibido por la dictadura militar. Había tres cd's en la casa de su padre. Diego, que lo había escuchado por internet y quería grabarlo, estaba fascinado con el músico. Ya tocaba cuatro o cinco de sus canciones.

- Este tipo debería ser nuestro Dylan -dijo-' tiene una intensida... es como una mezcla de Nick Cave y Nick Drave en el Río de la Plata.

- En el Río de la Plata no, en Montevideo -corrigío Ernesto-; esa cosa de usar al río que tenemos los argentimos cuando nos queremos apropiar de algo que es uruguayo.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2015 ⏰

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Ella cantaba ( en tono menor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora