nueve

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Harry ya se había acostumbrado a despertar con el dulce pero tenue aroma a melocotón del shampoo de Louis sobre su nariz, se había acostumbrado al peso de la cabeza de Louis sobre su pecho y cómo estrujaba su camisa mientras dormía.

Había pasado un mes exacto desde que se habían confesado lo que sentían; un mes con Ben furioso, muchos abogados, bastantes hermanas molestas por cierta modelo a la que se rumoraba su relación de catorce días había terminado y estaba siendo la comidilla de todos. Harry estaba intentando arreglarlo, había invitado a Kendall a una cafetería pero estaba molesta por el incumplimiento de contrato.

Harry se sentía mal, nunca quiso que ella saliera humillada con todo eso, lo menos que quería era involucrar a terceros. Durante ese mes tenían planeados muchas apariciones públicas y Harry había decidido que no quería hacerlo porque los brazos de Louis se sentían cada día más cálidos. Su culpa totalmente, su novio era muy bonito.

Novio, no se lo había pedido oficialmente y Louis evitaba hablar de eso porque era 'muy grande para esas cosas.' Dos años de diferencia y Louis creí saber más que él en todos los sentidos, era ridículo si no le gustara tanto lo mandaría por un tubo. Pero le gustaba, mucho, muchísimo.

"¿Cuándo vas a dormir en tu casa?" La voz adormilada de Louis lo sacó de su ensimismamiento.

"Buenos días a ti también." Le besó la cabeza, Louis se apretó contra él.

Otra cosa que había descubierto es que Louis decía una cosa y su cuerpo decía otra. Louis se había vuelto muy tímido de repente y le costaba decirle cosas bonitas, pero su cuerpo lo delataba; si antes lo tocaba mucho ahora era exagerado. Buscando su mano, algún roce y besos, muchos besos.

"Buen día lo siento." Louis parpadeó antes de alzar la cabeza y sonreírle. "¿Cuándo vas a dormir en tu casa?"

"¿Ya no me quieres aquí?" Harry le acarició el lóbulo de la oreja con cariño.

Louis negó con una sonrisa pero se volvió a acurrucar en su pecho, Harry sonrió.

"Mi cama es más pequeña que la tuya." Susurró cerrando los ojos. "¿No te molesta?"

"Si duermes encima mío, amor, no noto la diferencia."

Y Louis se derritió entre sus brazos.

Oh, su bonito Louis amaba cuando le llamaba amor.

"Okay." Respondió tímido.

Y Harry quiso comérselo a besos y lo hizo porque podía hacerlo y porque Louis amaba los besos, amaba sus besos.

—☼—

Ir al estudio desde que estaban juntos era toda una experiencia, Louis no había querido decirle a nadie, Ben era el único que sabía pero ya había aprendido a ignorar sus malas miradas.

Estaba escuchando la planeación del tour mientras escribía en su libreta, sabía que era más rápido usar su teléfono o una computadora pero le gustaba escribir y garabatear en las orillas. Harry presionaba sus rodillas con descaro, no era nada disimulado pero todo el staff ya estaba acostumbrado a eso y Louis esperaba que no sospecharan nada más.

Posó su vista a la mandíbula de Harry y sonrió, seguía pareciendo un sueño que estuvieran juntos pero Louis había dejado infinidad de besos en esa mandíbula, en todos lados. Se sonrojó, no habían hecho nada, Louis no quería admitir que quería hacerlo y Harry no ayudaba cuando se inclinaba a él y le susurraba al oído con su voz lenta y ronca.

Sacudió la cabeza intentando no llegar a esa parte de sus pensamientos, aquella que sólo le hacía caso a su pene, no tenía quince años, sabía controlarse.

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