Anoche te escribí letras, claramente estaban llenas de recuerdos, de anhelo, de ilusión y de amor.
Creo, que se volvieron versos buscando melodías, encajando en cada patrón, siguiendo el cursor del corazón que late y deshace mi orgullo a cada segundo y; aunque mi mente aún te piensa, aunque mis ojos aun intentan verte y mis oídos anhelan escucharte se que jamás podré decirlo de nuevo, que no es orgullo, es amor.mi melodía favorita era escuchar tu voz todo el día, claramente era el soneto preferido de mi vida.
Y ayer te escribí letras, llenas de dolor, de temor, de arrepentimiento propio, por que en verdad ya no estoy sobrio.
El recuerdo de tu rostro me hace pensar en que simplemente fui tan ciego para dejar de mirar, fui tan apático que me deje cerrar, fui tan apresurado que no pude pensar, que el miedo y dolor me consumió tanto que no supe soportar y; aunque parecía que estaba seguro, no lo estaba, no quería y no lo sigo queriendo, pero, tristemente ya partiste y quien sabe, quizá, pronto o después de mucho tiempo pueda decírtelo de alguna manera, quizá logres entenderme, quizá logres perdonarme ya que yo lo hice pero no puedo olvidarte, ya que me cuesta sacarte, no eres alguien del montón y aunque parezca que todo va bien, mami, aun tengo ansiedad y ganas de llorar, aun puedo sentir la sensación de tu respirar, de tu hablar, ningún anestésico me duerme tanto el alma como tu recuerdo.Y te escribí letras, llenas de razón, de ambición y claramente llenas de valor, porque, no cualquiera deja lo que quiere por amor y aunque tuve miedo se que para ti era lo mejor, yo ya no importaba, ya estaba mal, desde antes que llegaras esto estaba fatal, pero tu, tu simplemente merecías algo más, lo mejor, evidentemente no era yo, quizá no el momento, quizá no la fecha, quizá no está vida, quizá, solo quizá, podrías ver todo esto cuando este muerto, pasando un tiempo, por que realmente no espero seguir mucho aquí, estas son las cosas que no me gusta que lean pero es una realidad, estoy decayendo poco a poco y la vida me consume de mucho en mucho, aunque lucho, no puedo dejar de sentirme mal, no puedo dejar de pensar, de querer, de admitir que la regué, de saber que todo hubiera sido distinto si hubiese respirado y pospuesto mis palabras aquel día, se que sería otro día, otra historia y otro final; Pero eso solo lo leerás en el mensaje que no te envié.