¿Sabes lo que es amor? [U.S.A. × Tú]

Preocupación y advertencia

☕Narra Lectora☕

Por fin, después de rato esperar, llegaron mis papas a la mesa. Al intentar tomar una, algo me aleja de ellas. Noté una pequeña presión en el brazo, alguien me había jalado hacia atrás. Al ver quien era, noté la bandera de USA. Su aliento era como estar en una gasolinera, y parecía bastante molesto. Claramente había bebido de más.

- USA, ¿qué haces acá? - lo miré

- ¡Sabía que querías salir con esta idiota! para... ¡¡tus cosas!! - miró a Argentina

- Calmáte amigo, estamos comiendo, dejá comer, la puta madre - se quejó

- ¡Nos vamos! - me arrastró lejos

- Mis papas - murmuré viéndolas en su plato, sin comer

Me sacó hasta afuera y me subió a un táxi sin decir nada. Un chofér comenzo a conducir hacia la casa, supongo.

- ¿¡Qué diablos te pasa!? Estaba comiendo mis papas, ¿¡y llegas a quejarte por estúpideces!? - lo miré molesta

- Te salvé, mal agradecida - me dijo

- ¿De qué? - cuestioné confusa y molesta

- Tu no entenderías - negó con la cabeza - Pero él te tiene ganas - bufó

- ¿Y eso?¡Había comida! - suspiré

- ... - se quedó callado un rato - ¿Solo fuiste por comida? - alzó una ceja

- Además de eso, es mi amigo, y no tenía nada mejor que hacer - me crucé de brazos

Luego de eso, se quedo callado. Al poco rato noté que se había dormido. Miré por la ventana, y vi un montón de árboles; ¿en donde estabamos? Volteé la vista al conductor, quien sacó una pistola y me apuntó en silencio. Se detuvo y nos bajó de allí. Una vez se volvió a subir, arrancó como con velocidad.

- Shhh~ te va a escuchar - le habló a un... arbusto

- Mis cosas - sollocé nerviosa. Sentí que pudo haber pasado cualquier cosa

- Tranquila, yo te compraré lo que necesites - dijo, esta vez sí a mí

- No es solo eso - lo miré intentando sonreír. Al menos no lo habían lastimado - Estas muy ebrio, voy a tener que buscar un camino... - murmuré para mí misma

- Pff - hizo un gesto con las manos para luego reír - Me?¿Ebrio? - hipó

- Solo, volvamos por donde nos trajo - mire detrás de nosotros. No había camino

- ¡Oh no! - lo miré alterada por su repentino grito - No hay camino - dicho esto se calló, y comenzó a reir de la nada

- Idiota, no me asustes - me quejé

Caminé recto, con Estados Unidos ebrio siguiendome por detrás. Todo estaba oscuro, pues era de noche. Mi equilibrio se perdió al tropezar con algo y caer. Todo se volvió más negro de lo que ya estaba.
  Desperté por los llantos desesperados del país que venía conmigo. Al abrir los ojos, me miró alegre y aliviado.

- ¡Que idiota eres! - me abrazó - Te golpeaste la cabeza con una roca - se acurrucó en mí - Lo siento, no encontré el camino a casa - volvió a verme a los ojos

Seguía teniendo ese olor a alcohol, pero estaba mucho más serio que antes. Aún era de noche, aunque ya no estabamos en el lugar en el que caí y me golpeé. Miré a mi alrededor, intentando descifrar por dónde ir.